Bizarre [JaeYong]

t r e c e

Cuando SungChan apareció en la habitación de juegos de los Lee, su hermano quiso preguntar qué había pasado, pero el menor le pidió que se fueran.

Los pequeños lo miraron algo tristes, ya que, querían jugar más con el hijo de su papá, pero los Jung se despidieron de ellos con una sonrisa y un "hasta pronto", aunque SungChan no estaba seguro de eso.

Al bajar, SungChan salió de la casa luego de hacer una pequeña reverencia hacia su padre biológico, dejando sin tiempo a YoonOh para despedirse correctamente del señor Lee.

—¿Todo bien? —preguntó en cuanto cerró la puerta del auto.

—Solo... vayamos a casa, por favor.

YoonOh ya no quiso insistir, así que puso el auto en marcha, encendió la radio y condujo en silencio.

En cuanto llegaron a casa, el menor quiso correr hacia su habitación, pero su hermano lo detuvo.

—¿Todo bien? —preguntó con un tono un poco preocupado.

—Sí—fingió su mejor sonrisa.

—Chan.

—Es que me siento raro—suspiró—. Además, no creí que quisiera formar parte de mi vida.

—¿Qué?

SungChan soltó un suspiró de frustración, se dejó caer en el sofá y le contó su plática con el señor Lee.

—Vaya... —suspiró—. ¿Y tú qué le dijiste?

—Que lo pensaría porque ya tenía a mis tíos... Pero no quería decirle eso—se apresuró a decir.

—¿Entonces que querías decirle?

—No sé, pero no quería sonar grosero, hyung.

—No creo que lo haya tomado a mal, pero lo puedo llamar después para cerciorarme de que está bien.

El menor asintió y subió a su habitación.

YoonOh de verdad esperaba que el señor Lee no se haya sentido dolido por las palabras de SungChan, pero fue exactamente lo que pasó.

Se desnudó y se recostó para ver navegar un poco en su Instagram. Solo vio a algunos de sus artistas favoritos y a su hermana quien ya estaba en Busan con JongIn.

Cuando sonó su celular y vio que el señor Lee lo llamaba, se sintió inquieto. No sabía si quería desahogarse o mandarlo al diablo por el trato de su hermano, pero, de todos modos, respondió.

—Hola, señor Lee.

—¿Señor YoonOh?

—¿Jun? ¿Qué sucede? ¿Están bien? —se incorporó de golpe.

—Papá y el tío Johnny están tirados en las escaleras y no se pueden levantar.

Cuando el menor estaba terminando de hablar, él ya estaba buscando ropa para vestirse.

—Voy para allá.

—¿Escuchaste, Jeno? El señor YoonOh ya viene.

El mayor escuchó como el pequeño asentía mientras sollozaba.

—Les prometo que no tardaré. Tranquilos.

Los pequeños asintieron y colgó la llamada para vestirse lo más rápido que podía.

Salió de su habitación sigilosamente y subió a su motocicleta. Tuvo que arrastrarla por varios metros para que el motor no despertara a su hermano y se diera cuenta de que se iba.