c u a r e n t a y s e i s

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Luego de un largo y estresante día en el trabajo, al fin llegó la hora de salida, y TaeYong no hizo más que suspirar con alivio y relajar su cuerpo sobre su cómoda silla. No estuvo demasiado en esa posición, ya que, recordó que su novio iría a recogerlo, así que se incorporó para apagar su computador y acomodó un poco el desorden de documentos sobre su escritorio.

Se cercioró de dejar todo en orden y tomó su abrigo para salir del edificio. En el camino, se encontró con más de un compañero a los cuales rebasó —ya que le urgía ver a su pareja— con una sonrisa amable y un: "hasta mañana".

Al llegar al estacionamiento, comenzó a buscarlo con la mirada y al no verlo por ningún lado, se dispuso a subir a su auto con una mueca, pero mientras acomodaba su abrigo en la parte de atrás, lo vio a lo lejos y una sonrisa de inmediato iluminó su rostro.

Se sintió tan tonto al arrojar su abrigo sin cuidado y salir del auto para casi correr hacia el menor. No podía creer que su urgencia de verlo y de tenerlo cerca fuera tan grande como para hacer algo así. Calmó sus nervios y le dió un corto abrazo —con el cual esperaba no verse tan desesperado— y depositó un beso en su mejilla.

—Hola, amor —el menor sonrió con la misma energía o tal vez más, y se inclinó para besarlo en los labios—. ¿Cómo estás? —preguntó aún sobre los labios ajenos y acomodó un mechón de cabello que caía sobre su frente.

—Cansado, estresado, con ganas de llorar —rio bajito y su novio lo imitó, pero de inmediato preguntó que le sucedía. Él le contó brevemente que había tenido un día muy pesado en la oficina y YoonOh solo asintió con una mueca—. ¿Tú cómo estás? —el menor en lugar de responderle, levantó con orgullo una bolsa que contenía ropa, al parecer—. ¿Eso significa que estás bien? —frunció el ceño con confusión.

—Es mi uniforme —hizo una pequeña pausa—. Ya tengo empleo.

—¡YoonOh! —sonrió eufórico y lo atrajo a sus brazos de nuevo—. Amor, estoy tan feliz por ti —susurró con un tono cálido y besó su mejilla—. ¿Y de qué es? ¿Está cerca? ¿Te darán prestaciones laborales? ¿Bonos? ¿El horario es flexible? —se alejó y miró fijamente la bolsa que el joven sostenía—. ¿A caso es un uniforme de enfermero? ¿Serás enfermero? ¿Trabajarás con tu padre?

El castaño no pudo evitar sentirse abrumado por el cuestionario del mayor, ya que estaba haciendo más preguntas de las que le hicieron en la entrevista. Levantó sus manos frente a él haciendo un gesto para que se calmara y lo empujó hasta el lugar del pasajero para que subiera, y así poder quitarle las llaves y conducir hasta su casa.

Durante el trayecto, YoonOh se mantuvo en silencio, ya que estaba concentrado en el camino, pero en cuanto llegaron a casa, ambos fueron hasta la cocina para comenzar a preparar la comida y mientras lo hacían, TaeYong reanudó con sus preguntas.

—Papá me dijo que estaban contratando camilleros en el hospital... —hizo una pausa al ver el gesto de confusión en su novio—. Son los chicos que cambian a los pacientes de una camilla a otra, los ayudan a sentarse a las sillas de ruedas, acompañan a los paramédicos en las ambulancias para los trabajos pesados —se encogió de hombros—. S-sé que no es el empleo más glamuroso, pero-

—Es un empleo, amor —lo interrumpió con una sonrisa—. ¿Crees que tú padre haya tenido algo que ver para que te contrataran?

—Estoy seguro que sí —torció una sonrisa—, pero honestamente no me importa —rio—. Estoy desesperado.

TaeYong asintió con una sonrisa y siguió rebanando el tomate para la ensalada que harían.

Los pequeños llegaron a la cocina corriendo y saludaron a su padre para luego saludar a YoonOh. Jeno se quedó con el de hoyuelos y comenzó a platicarle sobre su día, mientras su hermano hacía lo mismo con su papá. 

Bizarre [JaeYong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora