e p í l o g o

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TaeYong despertó y de inmediato notó la ausencia de su novio, ya que siempre se daba la vuelta para abrazarlo, así que se puso de pie para averiguar en donde estaba y cuando salió de la habitación, un delicioso aroma a comida llegó a su nariz. Caminó hacia la cocina, y al entrar, se encontró a YoonOh batiendo un par de huevos en un tazón, mientras bostezaba con fuerza.

—Buenos días —llamó su atención y caminó hacia él.

—Hey, buenos días —el castaño sonrió ampliamente e hizo un mohín con sus labios para que su novio lo besara—. ¿Me ayudas a meter el pan a la tostadora?

El pelinegro asintió e hizo lo que su novio le pidió.

—¿Por qué no me despertaste? —se paró detrás de él y lo abrazó por la cintura.

—Bebé, ayer tuviste un día muy pesado entre el trabajo, la limpieza de la casa y la vuelta al súper para comprar las cosas para el cumpleaños de Jun. Además, te quedaste despierto esperándome así que estabas muy cansado —acarició la mano ajena y rió—, de hecho, hasta estabas roncando.

—Yo no ronco —se alejó de inmediato de él y frunció el ceño un poco ofendido por aquella acusación.

—Tienes razón, debió ser el tractor del vecino —se encogió de hombros con una sonrisa y el mayor negó con el mismo gesto que él—. Solo falta poner los chocolates favoritos de Jun en su pastel. No quise ponerlos ayer porque se iban a hacer duros en la nevera.

TaeYong asintió y sintió una extraña calidez en su pecho al recordar la noche anterior. YoonOh había mentido y dicho a los pequeños que su jefe lo había llamado, ya que tenían una emergencia en el hospital, aunque realmente iba a preparar el pastel para el cumpleaños de XiaoJun. El castaño llegó casi a las dos de la mañana con un pequeño, pero hermoso pastel de chocolate y luego de guardarlo en la nevera, subieron a dormir y fue cuestión de segundos para que ambos cayeran completamente rendidos.

—Vuelves a las tres, ¿cierto? —no esperó a que respondiera—. ¿Podrías pasar al supermercado antes de volver a casa? Olvidé comprar la salsa de soya.

—No iré a trabajar, pero puedo ir por la salsa.

—¿Por qué no irás?

—Porque es cumpleaños de Jun... —dijo un poquito avergonzado.

TaeYong se volvió a acercar en silencio para acunar el rostro del contrario en sus manos y besarlo.

—Te amo —susurró sobre sus labios—. De verdad, te amo —sonrió y se alejó.

—También te amo —sonrió bobamente y siguió batiendo lo que tenía en el tazón.

—¿Y te dieron permiso o de nuevo MoonBin te cubrirá?

—Le pedí que me cambiara su día de descanso para la próxima semana, así que trabajaré toda la semana —torció una sonrisa.

—¿Y nuestro fin de semana en Jeju? —preguntó triste.

YoonOh lo miró con una sonrisa.

—Mi amor, tengo todo fríamente calculado. Trabajaré las próximas dos semanas sin descanso, pero valdrá la pena por ese fin de semana contigo.

TaeYong hizo una pequeña mueca, ya que lo extrañaría esos catorce días, pero no podía evitar sentirse feliz por lo que su novio hacía por él y sus hijos.

—Amor, MoonBin siempre te está haciendo favores, ¿por qué no lo invitas a cenar un día de estos?

—No es mi tipo, amor —dijo divertido.

—Invítalo a cenar para presentarle a alguien —rodó los ojos con diversión—. Hay un nuevo chico en la oficina que se llama SanHa. Es muy bonito y muy agradable.

Bizarre [JaeYong]Where stories live. Discover now