c u a r e n t a

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YoonOh despertó sintiendo algo de incomodidad en la cadera a causa de que no pudo cambiarse de postura durante toda la noche. Se sentó con cuidado en la orilla de la cama y tomó el móvil de su novio para mirar la hora. Estaba justo a tiempo para llevar a Jeno a la escuela.

—Jeno—susurró—. Ya es hora, mi amor, despierta—lo movió con delicadeza y cuando el pequeño abrió los ojos, él salió de la habitación para bajar a la cocina y preparar el desayuno para el menor.

—Buenos días—lo saludó su padre quien bebía una taza de café—. ¿No es muy temprano para el trabajo?

—Llevaré a Jeno a la escuela—dijo comenzando a sacar los utensilios que ocuparía para cocinar.

—¿Y cómo durmieron?

—No lo sé, les preguntaré.

—No hace falta mentir, te ví entrar a la habitación en la madrugada—rio—. No creas que los estaba espiando, ¿eh? Bajé a por un vaso con agua.

YoonOh con las orejas teñidas de rojo, miró hacia abajo tratando de disimular la vergüenza que sentía.

—Dormimos algo apretados, pero supongo que ellos descansaron bien—se encogió de hombros y el contrario asintió con una sonrisa.

Cuando su padre salió de la cocina, comenzó a cocinar un par de huevos revueltos. Calentó un poco de leche y luego de ponerle un poco de chocolate, subió de nuevo a su habitación.

—Buenos días—saludó a TaeYong quien estaba vistiendo a Jeno, ya que el menor seguía medio dormido.

—Buenos días—se acercó a ellos y besó la mejilla del mayor—. Olvidé su lonchera...

—Puede comer en la cafetería—esbozó una sonrisa y terminó de abotonar el suéter del menor.

YoonOh lo cargó y Jeno se aferró a su cuello como todo un perezoso. Al llegar a la cocina, lo dejó con cuidado en un banquillo frente a la isla y se giró para servir el desayuno en un plato y acercarle su leche achocolatada. Cuando se giró de nuevo hacia el pequeño, vio como descansaba su cabeza en la isla y volvía a dormir.

—Jeno—lo llamó bajito y acarició su cabeza—. No es hora de dormir—el menor levantó un poco su cabecita y al hacer contacto visual con él, comenzó a hacer pucheros.

—No deberías llevarlo—su padre llamó su atención haciéndolo dar un brinquito en su lugar.

—Mira quien lo dice—arqueó su ceja—. El hombre que nos enviaba a la escuela aún si estábamos enfermos—levantó a Jeno para despertarlo y poder comenzar a alimentarlo.

—Porque eran un trío de exagerados y no era nada grave—rodó los ojos y vio como YoonOh sentaba a Jeno sobre la isla y éste comenzaba a llorar bajito—. Felicidades, hijo, ya lo hiciste llorar.

—No ayudas, papá—dijo algo desesperado.

—A un lado—empujó a su hijo con el hombro y comenzó a revisar al pequeño—. Al parecer tenemos un severo caso de lagrimitis aguda con rasgos de sueñitis y parece que la berrinchitis se quiere hacer presente... —se cruzó de brazos y torció la boca.

YoonOh lo miró con nostalgia, ya que él también había tenido esas enfermedades cuando era pequeño.

—¿Hay algún tratamiento para eso? —preguntó preocupado, haciendo que Jeno abriera sus ojitos de par en par.

—Hay dos. Uno es una serie de inyecciones directamente en las rodillas y el otro tiene que ver con estimular el estómago del paciente.

—Tomaremos el segundo.

Bizarre [JaeYong]Where stories live. Discover now