t r e i n t a y u n o

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TaeYong aún no podía creer que saldría con su hijo biológico a comer. Se dió una larga ducha con agua tibia y enrolló una toalla en su cintura para buscar que ponerse.

Al abrir su closet, todo le parecía ordinario o simplemente feo. Sacó varias prendas y las probó con diferentes combinaciones, pero aún así, nada le convencía.

Escuchó el timbre y supuso que era la niñera, así que se puso una bata y bajó a recibirle. Al bajar, sus hijos ya habían abierto la puerta y se encontraban en el pasillo comiendo quien sabe qué.

—Perdón por la tardanza, pero me detuve a comprar bungeo-ppang*—se dió media vuelta y vio al mayor con el ceño fruncido—. Aún no estás listo... —TaeYong negó con un puchero que se formó sin querer—. ¿Por? —rio tiernamente y se acercó a él para besarlo en ese lindo mohín.

—No se que ponerme—confesó avergonzado. Abrió la boca aceptando el trozo de pan que el menor le ofrecía y comenzó a masticar sin muchas ganas.

YoonOh extendió su mano y cuando TaeYong la tomó, subieron hasta su habitación, no sin antes decirle a los pequeños que estarían arriba. Al entrar, el castaño se sorprendió al ver montones de ropa por todos lados. Recordó que su hermano le mostró fotos del lugar al que irían, así que comenzó a buscar algo casual. Tomó un pantalón negro y una camisa a rayas que combinaba perfectamente.

—¿Seguro? —preguntó preocupado tomando la ropa que su novio le daba. YoonOh asintió y él se encerró en el baño para vestirse. Peinó su cabello hacia abajo y comenzó a hablar con su propio reflejo diciendo que todo estaría bien y que no tenía nada de que preocuparse.

YoonOh esperó sentado en la cama y en cuánto vio a TaeYong, sonrió y aplaudió emocionado, mientras el mayor moría de la vergüenza.

—¿Acaso vas a un desfile de Celine? —se puso de pie y parado frente al mayor lamió sus labios antes de besarlo—. Te ves... —suspiró—. Me dejas sin palabras.

—Ya basta—negó con un sonrojo y cubrió su rostro con ambas manos.

—Te ves muy bien—susurró y con cuidado tomó sus manos para quitarlas de su bello rostro—. ¿Listo?

TaeYong suspiró y asintió más tranquilo. Se despidió de sus hijos con un tierno beso en sus mejillas y luego de que los pequeños le desearan suerte, y Jeno le mandara saludos a "su hermano", YoonOh lo acompañó hasta su auto.

—Ya voy tarde—abrió el auto y se metió en el rápidamente. Bajó el cristal para poder despedirse del castaño.

—Vas a llegar justo a tiempo.

—¿Y si él llega temprano? —YoonOh negó con una sonrisa—. ¿Y si no llega?

—Va a llegar—metió su cabeza al auto para despedirse de su novio con un beso cálido—. Ve con cuidado, cariño.

TaeYong aún no podía acostumbrarse a eso, así que sonrió torpemente y asintió encendiendo el auto.

YoonOh lo vio alejarse y suspiró aliviado. Ojalá todo saliera bien entre él y su hermano.






TaeYong aparcó afuera del gran edificio. Se acercó tímidamente hacía la recepcionista, quien le dió indicaciones y entró al ascensor. Luego de oprimir el botón que lo llevaría hasta la terraza comenzó a sentirse mareado, su estómago dolía, le andaba del baño y hasta le costaba respirar correctamente. Estaba muy nervioso y los números descendiendo arriba de la puerta avisándole que faltaba poco para llegar, no ayudaban en nada.

Llegó a la cima y salió del ascensor con pasos torpes. De inmediato fue recibido por un chico preguntando si alguien lo esperaba. TaeYong estaba a punto de decir que sí cuando vio a SungChan saludándolo desde lejos.

Bizarre [JaeYong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora