Bizarre [JaeYong]

v e i n t i c u a t r o

YoonOh despertó muy temprano para poder buscar los moldes de los pasteles que su madre usaba en las grandes fiestas y que seguramente estarían perdidos en el sótano.

Luego de encontrar los empolvados moldes, subió a la cocina para lavarlos a profundidad. Se sorprendió un poco al escuchar la voz de su hermana saludándolo con alegría y preguntándole porque estaba despierto tan temprano.

—¿Cuándo la vamos a conocer?

"La".

—¿Tú vas a salir?

Su hermana exclamó con emoción que sí, ignorando el hecho de que su hermano había cambiado el tema.

—¿Qué haces con los moldes de mamá?

—Ayudaré a hornear un pastel para su mejor amigo.

—Mejor amigo... ¿no te dan celos?

—No, él ya está casado.

—Oh... —asintió—. Por cierto, JongIn me dijo que sería lindo tener una cita doble... —sonrió pícaramente, mientras su hermano la miraba con la ceja arqueada—. Bueno, fue mi idea, pero sería lindo, ¿no crees?

—Ajá... —musitó.

SooJung asintió con una sonrisa y comenzó a llenar la cafetera, mientras miraba curiosa a su hermano.

—¿Qué?

—No olvides traer de vuelta los moldes de mamá—su hermano rodó los ojos divertido y negó—. Solo decía... —le mostró la lengua.

Su padre entró a la cocina aún vestido en pijama. Los saludó después de un gran bostezo y se sentó en la isla.

—¿A dónde van?

—Con JongIn a desayunar.

—¿No tienes comida en tu casa? —la miró con el ceño fruncido. A pesar de que se sentía feliz de que su hija fuera feliz, no le gustaba que aquel gigoló buscara cualquier pretexto para llevársela a quien sabe dónde, porque un desayuno con un tipo como él, no debía ser en el centro de la ciudad.

SooJung rodó los ojos con diversión mientras servía una taza de café. Se la dio a su padre y besó su mejilla sonoramente para luego correr a darse una ducha.

—¿Tú a dónde vas?

—Saldré...

—Eso lo puedo imaginar, pero quiero saber a dónde y con quién.

—Eso ya lo sabes.

—Quiero oírlo de tu boca, ¿o acaso te avergüenzas?

—Sabes a lo que me refiero. No me quiero arriesgar a que escuchen.

—Claro... porque no es el momento indicado, ¿no?

YoonOh guardó silencio y salió de la cocina para poder darse una ducha.

Cuando bajo de nuevo, su padre ya había cambiado su pijama por ropa casual y su hermana estaba dando los últimos detalles a su maquillaje.

—Ya me voy—tomó los moldes y salió rápido de la cocina para evitar más preguntas.

—¡Espera! —lo detuvo su padre—. ¿Puedes llevarme al hospital? —su hijo asintió y su hija se despidió de ambos con una enorme sonrisa.

El trayecto estaba siendo muy silencioso, hasta que YoonOh decidió interrumpirlo.

—Pensé que hoy descansabas.

—Sí, pero quería hablar contigo.

—Ay, no, por favor—suspiró—. Te bajaré en el siguiente semáforo.