Bizarre [JaeYong]

t r e i n t a y d o s

YoonOh se sentó junto a su hermana en silencio y dejó la rosas sobre la mesita de centro a la vista de todos. Su corazón latía a mil por hora y se paralizó cuando su hermano llamó su atención.

—¿No tienes nada que decirme, hyung? —arqueó su ceja y lo miró fijamente. 

YoonOh suspiró con pesadez y asintió echando los hombros hacia atrás. Decir que estaba nervioso era poco. Estaba tan jodidamente nervioso, que juraba que vomitaría en cualquier momento.

—¿Te gusta? —le mayor lo miró confundido, ya que si salía con él, era obvio que le gustaba, ¿no? —. ¡No puedo creerlo, hyung! 

—Chan... —balbuceó.

—Hasta papá y noona se dieron cuenta—se cruzó de brazos.

—¿Eh? —preguntó claramente confundido al ver a su hermana señalando su cabello sin que el menor se diera cuenta. 

—No te diste cuenta de que teñí mi cabello—bufó ofendido e inclinó su cabeza para que su hermano lo viera—. El señor Lee dijo que me vería bien—se encogió de hombros.

YoonOh sintió como su alma volvía a su cuerpo. A pesar de que estaba preparado para decírselo, el simple hecho de pensar que su hermano lo había descubierto, hizo que se sintiera de esa forma.

—T-te queda bien—miró rápidamente las rosas. ¿De verdad su hermano era así de distraído? —. ¿Podemos hablar de él? —preguntó cuidadosamente haciendo que su padre y su hermana se levantaran del sofá para salir sigilosamente, pero siendo detenidos por él.

—¿Qué pasa? —inclinó su rostro hacia un lado lleno de confusión y miró a su hermana quien susurraba cosas a su padre.

El castaño suspiró antes de comenzar a hablar. Era muy difícil y no encontraba las palabras indicadas para contarle su secreto, pero ya no iba a retrasarlo más. 

—¿No reconoces esas rosas? —el menor negó—. Míralas bien, SungChan—pidió.

—Ah, se parecen a las que le di al señor Lee...

—Son las que le diste—suspiró un poco desesperado—. ¿Para quién se las diste?

—Para su novio—abrió su boca en una perfecta "o"—. ¡Peleó con su novio y como seguramente fuiste a verlo para ver como habían salido las cosas conmigo, las devolvió!

YoonOh no pudo evitar golpear su frente con la palma de su mano y ponerse de pie para caminar por toda la sala.

—¡Yo soy su novio! —gritó exasperado y comenzó a señarlarse una y otra vez. Jamás pensó en dar la noticia de esa manera, pero su hermano lo había sacado de sus casillas.

YunHo al ver a su hijo menor sorprendido no puedo evitar pensar en "Olaf". SungChan estaba tan pálido como él y sus ojos eran igual de saltones.

—P-pero... ¿Cómo? —se levantó e imitó a su hermano dando vueltas por toda la habitación. Se detuvo frente a su padre y lo miró—. ¡Papá!

—Si tu hermano es feliz, no me interesa nada más—se encogió de hombros y tiró su cabeza en el respaldo del sofá.

—¿Por qué estás tranquilo? ¿Acaso ya sabías? —el hombre asintió despreocupado—. ¿Por qué no me dijiste? —preguntó histérico.

—No era mi deber hacerlo—aclaró mirando a su hijo mayor.

—¡Hyung! —lo miró ofendido, pero luego de inhalar hondo, siguió—. ¿Cómo sucedió? ¡No me respondas!

—Solo te diré que se fue dando—musitó un poco avergonzado—. Lamento habértelo ocultado... 

—Woah... —presionó su sien con ambas manos—. Es que, eso es... —suspiró con pesadez—. Ni siquiera sé que decir.