Bizarre [JaeYong]

d i e c i s é i s

Cuando TaeYong volvió a entrar a casa, Mark ya estaba esperándolo de brazos cruzados y con el ceño fruncido.

—¿Qué acaba de pasar?

—¿Uh?

—¿Qué es eso? —preguntó viendo las grandes bolsas que su amigo cargaba.

—Regalos de YoonOh—susurró.

—¿De verdad los aceptaste?

—Vino a disculparse. Además, sería muy descortés de mi parte rechazarlos.

—Aceptaste sus obsequios, pero lo mandaste al diablo, ¿cierto?

TaeYong guardó silencio.

—¿No lo hiciste?

—L-lo hice, pero Jeno lo vio y lo metió a la casa. Mark, hubieras visto sus rostros...

—Al verte a ti me doy una idea—suspiró—. Debes de ponerle límites por el bien de los niños. No puedes dejar que vuelva, así como así.

TaeYong miró nervioso hacia un lado.

—¿TaeYong? ¿Qué hiciste?

—Vamos a salir para ver cómo se dan las cosas.

—¡¿Te volviste loco?! —gritó en un susurró—. Él ni siquiera es gay.

—¿Cómo lo sabes?

—Desprende heterosexualidad, TaeYong. Además, tú lo dijiste... Solo era amable. Jamás le gustaste y eso quedó muy claro cuando huyo el día que te le confesaste.

La realidad lo golpeó.

—P-perdón por ser tan directo—aclaró su garganta.

—Jeno me dijo que el señor YoonOh—dijo imitando la voz chillona de su sobrino— se va a quedar en Corea y que vendrá seguido. ¿No lo mandaste al diablo?

TaeYong suspiró rendido y le contó lo que había pasado.

—Y para su sorpresa él fue quien propuso que saliéramos.

—A su edad a mí también me hubiera gustado follarme a alguien mayor—rodó los ojos.

—¿Qué es follar, papi? —la voz de Jeno hizo que los tres mayores palidecieran.

—E-es—tragó saliva con dificultad—. Olvídalo, mi amor—acarició su mejilla.

—Pero tú me dijiste que nunca me tenía que quedar con la duda.

—Es algo asombroso—dijo Johnny coqueto—. Los grandes lo hacemos, bueno tu papá tiene mucho que no lo hace y por eso está amargado—rio.

Tanto TaeYong como Mark lo golpearon.

—Mi amor, ve por tu hermano y suban a dormir.

Jeno asintió y le gritó a Jun para subir a su habitación.

—Si Jeno vuelve a mencionar esa palabra, estás muerto, Johnny.

—Perdón—rio—. Pero, Yong, no lo quise decir de esa forma, pero puede que solo te esté usando para cumplir una fantasía... —susurró.

—Supongamos que es cierto. ¿Por qué habría de meterse con un padre soltero habiendo más hombres? ¿Por qué ilusionar a los niños?

—Tal vez porque está loco y le gusta hacer sufrir a la gente.

TaeYong no podía creer que sus amigos estuvieran diciendo todas esas cosas.

—Pensé que se sentirían felices por mí y por los niños.