v e i n t i c i n c o

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TaeYong sentía que el rostro le hervía, así que en cuanto colgó la llamada, se dio la vuelta completamente para evitar mirar en dirección a YoonOh.

—¿Estás bien, papi? —Jeno lo miró fijamente—. Pareces un jitomatito—rio tiernamente.

—V-ve a decirle a tu hermano que ya nos vamos.

—Sí, papi.

En cuánto Jeno salió de la cocina, ambos suspiraron al unísono. Cuando TaeYong se giró, se llevó la sorpresa de que YoonOh ya se había dado la vuelta y ya lo estaba mirando de reojo.

—¿Listo? —YoonOh preguntó acomodando las mangas de su camisa.

El mayor asintió en silencio acompañado de una sonrisa nerviosa y se acercó al de hoyuelos. Mientras YoonOh cargaba el pastel, él abría las puertas y cuidaba que nada lo dañara hasta que llegaron al auto y lo acomodaron en la cajuela.

TaeYong volvió adentro para llamar a sus hijos y ayudarlos con sus bolsas de juguetes, mientras que YoonOh bajaba el obsequio de su auto. En cuánto todos se acomodaron en el auto, el mayor comenzó a conducir únicamente con el sonido de la radio acompañándolo.

—¿Te importa si paramos rápido en el centro comercial? —lo miró de reojo y el menor negó con una sonrisa mirando al frente.


Aparcó en el estacionamiento y corrió hasta la entrada, dejando a sus hijos confundidos. Jeno preguntó que pasaba y XiaoJun no tenía intención de dirigirle la palabra al mayor. YoonOh se giró para que ambos lo vieran y les dijo que todo estaba bien, que seguramente el tío Johnny le había encargado algo a su padre.

En cuanto TaeYong volvió al auto, todos notaron la botella de mostaza en sus manos. Se la dio a YoonOh y condujo de nuevo hacia casa de sus amigos.

Al llegar, YoonOh bajó el pastel con ayuda de TaeYong. Entraron a la casa y notaron que no había ningún invitado aún, puesto que seguía siendo temprano. Incluso, Mark seguía en pijama llorando a causa de la cebolla que estaba rebanando.

—¿Y el cumpleañero? —preguntó llamando la atención del canadiense.

Mark se giró, limpió sus lágrimas con el dorso de su brazo y miró asombrado el pastel.

—Se está duchando y este pastel le va a encantar—abrazó a TaeYong por el cuello y besó su mejilla—. ¡Gracias! —se acercó a YoonOh para darle un corto abrazo—. ¡Mis niños! —corrió hacia los pequeños para inclinarse y abrazarlos con fuerza mientras repartía besos en sus mejillas.

—¿Necesitas ayuda? —TaeYong llamó su atención.

Mark asintió suspirando con frustración y volvió a rebanar la cebolla, mientras TaeYong comenzaba a lavar los jitomates y los pequeños corrían a la sala para poder ver la televisión. YoonOh dejó el obsequió en la esquina de la isla, subió sus mangas y se acercó tímidamente hacia los mayores.

—No, YoonOh. No podría dejarte que me ayudaras a deshojar la lechuga que está justo ahí—el canadiense lo miró divertido y señaló las bolsas. El menor asintió riendo y comenzó a ayudar.

El ambiente se hubiera sumergido en un silencio infernal, de no ser por los cuchillos que golpeaban las tablas cada vez que rebanaban y por la lechuga que YoonOh arrancaba.

—¡Mi pastel! —Johnny gritó con euforia al verlo—. Aunque... —arqueó su ceja y miró sospechosamente a su amigo—. No parece hecho por ti. ¿Dónde lo compraste?

—Lo hicimos ambos.

—Oh, que bien—Johnny sonrió y los jaló al mismo tiempo para pegarlos a su pecho.

Bizarre [JaeYong]Where stories live. Discover now