eighteen

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—¿Qué está ocurriendo con nuestro padre y la tía Yukie? —cuestionó Yuma una vez ambos hermanos se alejaron del palacio.

—¿Cómo sé que no irás de hocicon con papá? —alzó una de sus cejas—. Prácticamente él maneja tu vida, eres dependiente de él y todo le cuentas. Contarte lo que sucede hará que ponga en riesgo a nuestra actual líder.

—Prácticamente me has dicho mucho con esas palabras, Yume —hizo ver—. Parece que planean una traición hacia nuestro padre.

—¡No entiendo cómo puedes seguirle a sabiendas que él mató a mamá! —exclamó—. ¡¿Es que a caso no la querías?! —no obtuvo respuesta—...¡¿Qué clase de hijo eres, Yuma?!

—Bájale tres rayitas a tu tono —ordenó.

—Tú no me dices qué hacer.

—Soy tu hermano mayor.

—¿Y eso qué? Apenas nos llevamos un ciclo de celo de diferencia, no es la gran cosa.

Yume cruzó sus brazos. Los hermanos se enfrentaban con la mirada, pero ninguno daba su brazo a torcer.

—Dejaste de ser de confianza para mí en el momento que te dio igual la muerte de mamá —dijo la menor de ambos—. Solo te advierto que te mataré si te atreves a decirle algo a nuestro padre —amenazó.

—¿En serio crees que me vencerás? —rió—. Nunca has recibido entrenamiento.

—¿Estás seguro de ello? —se defendió—. Sigue pensando que eres invencible, hermano, eso te llevará a la ruina tarde que temprano.

La azabache tomó vuelo y se alejó del oji carmín, el cual chasqueó la lengua, frustrado. Ahora comenzaba a preguntarse si realmente estaba en el bando correcto, porque Yume tenía razón, Yukiro había sido la persona que le arrebató la vida a su progenitora varios años después de que su hermana naciera. Ellos ya tenían noción de lo que sucedía alrededor, y estando un día él entrenando, solo escuchó el desgarrador grito de la mejor que les dio la vida a ambos. Corrió hasta el lugar donde provino tal terrible sonido, encontrándose con Yume, la cual estaba quieta frente al cuerpo inerte de Mirai, su madre.

Yukiro los amenazó con asesinarlos si decían algo a más personas, así que callaron durante muchas décadas hasta que su hermana no soportó la carga y le confesó todo a Yukina. Solo ellos tres eran conscientes del acto despiadado e injusto del demonio castaño a su mujer.

Mirai era una perro demonio de diferente clan, pues pertenecía al del cielo. Una mujer de cabellera negro azabache y poseedora de unos preciosos iris grises. Se le consideraba la demonesa más fuerte del clan que lideraba Raiden, así que eso fue lo que captó la atención de Yukiro. Nadie sabía de ella hasta meses después de la supuesta muerte de Yukie, pues regresó a su hogar, fue ahí cuando los dos se conocieron y pasados los años, decidieron formar una familia a base del amor que se tenían mutuamente.

Era a la fecha que ni Yume ni Yuma entendían o sabían el motivo por el cual la asesinó.

—Maldición —bramó el joven demonio.

***

Cierta dragón volaba por los cielos en busca del océano principal que lleva directamente al hogar de la raza de los ningyo, para su mala suerte, quedaba demasiado cerca del hogar de Chisaki y Asahi. Esperaba no tener que toparse con el oji miel, suficiente tenía con estar aceptando sus sentimientos hacia él.

Aterrizó al saberse cerca, pues sabía que podía caminar, además que eso le serviría para distraerse por un rato. El amanecer recién comenzaba, por lo que no tendría que preocuparse de la penumbra. Sonrió al ver la clara arena asomarse en el horizonte, indicando que ya había llegado a su destino, pero detuvo su andar de golpe al percibir la espalda de alguien que reconocía a la perfección.

Un Amor del Pasado (InuYasha) | Sesshomaru × Tú | TERMINADA Where stories live. Discover now