ten

1.2K 128 16
                                    

Llegó hasta su hogar totalmente herido, le costaba mantenerse de pie. El olor de su sangre llegó hasta su hermana menor quien salió enseguida para recibirlo, se le notaba asustada y confusa.

Llegaron hasta la habitación del hombre para atender sus heridas, tardaron casi toda la noche para poder sanarlo. Al acabar, la menor del clan se quedó a cuidarlo aunque el sueño la había vencido. Despertó con pesar encontrándose con una fémina de cabellos negros azabaches, sus ojos estaban cerrados y su respiración era calmada. Le dolía todo el cuerpo, pero afortunadamente pudo sentarse despertando a la chica consigo.

—¡Hayate! —exclamó esta una vez se incorporó—. ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?

—Estoy bien —contestó. Llevó sus dedos al puente de su nariz, le dolía un poco la cabeza.

—¿Qué fue lo que sucedió? —clavó sus iris verde aqua en los de él que eran del mismo color.

—Fui a hacer lo que acordamos con ellos.

—Te dije que no era buena idea unirnos a ellos —reprochó—. ¡Solo mírate! ¿Qué quieren? ¿Matarte?

—Eso no importa.

—¡¿Que no importa?! —abrió sus ojos—. Mierda, Hayate, ¡piensa! ¿No planeas dejar sola a...?

—Cállate, Seira —ordenó en tono de voz frío. La nombrada cerró la boca sin poder reprender más.

—¿Quién te hizo eso? —habló después de unos minutos en absoluto silencio.

—Sesshomaru.

—¿C-Cómo...?

—Así como lo escuchas, él me hizo esto.

—¿Pues qué...?

—Estaba en lucha con una Yakō, su aroma me fue muy familiar pero aún así no dudé en herirla, desconozco si murió o no, en eso él apareció y me atacó con una espada, solo la agitó una vez.

—¿Una de nosotros? ¿En una aldea humana? —frunció el ceño—. No, no, no, más importante aún, ¿Sesshomaru cerca de un pueblo humano?

—Lo hizo para defender a la otra, no a los humanos, aún así es extraño.

—Ahora que lo mencionaste, ¿un aroma que te fue familiar?

—Estoy aún en duda, pero recuerdo sus iris rojos que me miraban dispuestos a matarme —Seira parpadeó algunas veces mientras procesaba la información. Solo había un clan de todos los cinco que existían en donde el color de sus ojos no cambiaba cuando se transformaban—. Tenía el pelaje blanco como yo... no sé por qué siento que era Yukie.

—¿Yukie? ¡Pero ella murió hace siglos!

—¡¿Entonces qué otra explicación tienes para el color de sus ojos?! Te recuerdo que el pelaje de Yukiro es café y el de Yukina es beige.

—¿El hijo de Yukiro? —quiso justificar lo contado por su hermano mayor. Era una locura enorme lo que escuchaba.

—¡Él lo tiene negro como tú! Demonios, Seira, cabe la más mínima posibilidad que ella jamás haya muerto como dijo su hermano en aquel entonces.

—¿Crees que Yukiro haya mentido sobre su muerte?

—Posiblemente no sospechó siquiera que su hermana mayor sobrevivió al ataque que recibió. Recuerda que estuvo tan desvastado que no salió de su recámara por dos semanas.

—¡Es una estupidez! Yo recuerdo haber visto su cuerpo ser enterrado —la pelinegra tembló.

Ninguno decía nada, pero algo no cuadraba. Se le tuvo que haber dado luto a Yukie por tres años antes de coronar a Yukiro como el nuevo líder del clan del sol, y este por mucho que juraba y prejuraba estar mal por la muerte de la mayor de los tres hermanos, no dudó ni un segundo en avisar que tomaría el puesto por supuestamente el bien de los que quedaban de su clan. Seira formó con sus labios una línea tensa, no sabía qué más decir.

Un Amor del Pasado (InuYasha) | Sesshomaru × Tú | TERMINADA Where stories live. Discover now