Prefacio 2da Temporada pt. 1

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YUKIE

Esa misma noche que decidí aceptar el trato de Ethan, él me consiguió un nuevo celular en donde pude agendar el celular de mi hermano. Antes de partir con el ruso que me había salvado, debía de rescatar tres cosas sumamente importantes de mi antiguo hogar que no me dejaron llevar. Le mandé mensaje a Yukiro, pidiéndole su última ayuda para poder recuperar a las hojas sangrientas, el collar que Rizuko me había lanzado y la manta dorada que Sesshomaru me había dado antes de irme del Sengoku.

Él aceptó pese a que no le di ninguna explicación de mi paradero. A las horas arribé al lugar donde viví durante diecinueve años, mi hermano ya me esperaba en el patio junto con lo que le había pedido.

—Yukie, ¿cuál es tu plan? —preguntó severamente preocupado.

—Alguien me ha salvado junto con mi hijo —posicioné una de mis manos en mi vientre—. Estaré bien, estaremos siempre en contacto.

—¿Por qué jamás me dijiste la verdad? ¿Es que a caso no confías en mí?

No quería que él pensara eso.

—Es muchísimo más complicado de lo que crees. Obtendrás tus respuestas, pero no hoy, ni mañana, ni pasado mañana, pero las tendrás, es una promesa, Yukiro. Necesito que confíes en mí.

—Prométeme que te cuidarás... que se cuidarán.

—Es por eso que he venido aquí, hermano, todo lo que estoy haciendo es solo por y para él o ella.

Sorpresivamente, Yukiro me envolvió en sus brazos. Era una cabeza más alto que yo.

—No olvides que te quiero, Yukie.

Me aguanté las lágrimas. Algo era cierto, aún no asimilaba del todo que estaría dejando el país que me vio nacer, que me vio crecer, que me vio aprender, y todo con tal de no hacer sufrir a mi hijo y de él. Me separé del oji carmín antes de correr hacia la barda del jardín, saltándola sin problema alguno. Ethan estaba fuera de su auto fumando un cigarrillo, que al verme llegar, lo tiró al suelo enseguida, apagándolo.

—¿Esas son unas...? —alzó una de sus oscuras cejas, señalando a mis preciadas armas.

—Sí, unas katanas —asentí. Nicholas estaba a un lado mío bombardeándome de preguntas que claramente no podía responder aquí.

—¿Cómo las obtuviste? —cuestionó.

—Aún no es tiempo de que sepas mi historia, Ethan —las guardé en el asiento trasero del auto. Me colgué el collar de Rizuko y doblé bien la manta dorada.

—Entonces esperaré —fue caballeroso abriéndome la puerta para que yo pudiera entrar. Él ingresó al asiento del piloto y partimos de inmediato hacia el aeropuerto.

Algo que no había podido mencionar, es que Yukiro también logró regresarme mi pasaporte y VISA para la nueva travesía que me esperaba. En cuestión de horas extras a las planeadas, ya todo había quedado arreglado para partir a lo que sería mi nuevo hogar; Moscú, Rusia.

Aunque tendría que esperar una semana más, ya que él tenía cosas pendientes que resolver en Tokio.

Llegamos al hotel en donde el ruso de hospedaba. Como esperaba, era uno de lujo.

Apenas habíamos entrado y ya algunas miradas habían caído sobre mi persona, me sentí un poco rara. Debía de volver a trabajar en mi autoestima, o sino cualquier persona querría pisarme como papel. No conforme a eso, la recepcionista le echaba el ojo a Ethan y creo que le había hecho una señal a modo de coqueteo. Era increíble la atención que recibía un extranjero atractivo.

Un Amor del Pasado (InuYasha) | Sesshomaru × Tú | TERMINADA Where stories live. Discover now