twenty-five

457 46 13
                                    

Yukie decidió que debía llevar a Rizuko, su madre y a sus hermanos a su palacio en lo que volvían a alzar el que había quedado en ruinas. Fue un poco difícil llevarlos a todos sin ayuda de Sesshomaru, quien estaba más enfocado en cuidar a su madre que a alguien más.

—A quien atrape queriéndolas herir, va a morir por mis propias manos —advirtió en voz alta cuando arribaron a su hogar. Toda la servidumbre no sabía qué sucedía, pero no pudieron negarse ante su líder.

Yukina llegó hasta ellos para ayudar a cargar al pequeño Natsume, Yume hizo lo mismo pero con Natsumi quien no paraba de llorar. La revisó, notando que portaba una quemadura en una de sus piernitas, así que se apresuró en llevarla con uno de los doctores que atendía a su clan. Yuma dejó a la reina Hikari sentada en el trono que alguna vez usó su padre, después llamó a otro médico que no tardó en llegar.

Rizuko no se despegó por ningún segundo del lado de su progenitora. Yukie proveía suministros naturales para luego querer atender a la pelirrosa, pero esta se negó.

—¡Tienes que atenderte esas heridas, idiota! —le exclamó—. No puedes dejar que te pase algo a ti también.

La dragona chasqueó la lengua. Se dejó atender por la peliplata. La oji carmín contaba con un bajo conocimiento en medicina, puesto que apenas llevaba un año cuando Kagome regresó a su era correspondiente y pasó lo que pasó. Limpió sus heridas y nada más, pues al ser un ente demoníaco se curaría en un santiamén, pero su madre tardaría un poco, a lo mucho tres días, así que solo trataban de parar la sangre que resbalaba por sus bellas alas.

—Lamento tanto no haber estado ahí, Rizuko —dijo Yukie, terminando su labor.

—No es tu culpa —bajó la mirada—. Salvaste a lady Irasue, no podías dividirte a la mitad.

—Quiero que sepas que no estás sola.

Ahí fue cuando la de cabello rosa clavó su púrpura mirada en la figura de la perro demonio.

—Gracias —agradeció con sinceridad.

—Yukie, debemos de hablar —le llamó Yukina. Esta asintió, alejándose de la afectada en todo ese asunto.

La mujer rubia y la albina llegaron hasta una habitación un tanto alejada de todos.

—¿Qué sucedió? —cuestionó.

—Lady Irasue fue secuestrada por Satsujin. La salvé, pero él murió —la de mayor edad abrió sus ojos.

—¿Que él qué? Raiden querrá tomar cualquier represalia contra ti cuando se entere.

—Yukiro y Raiden atacaron a la dinastía dragónica de fuego. Todos murieron a excepción de Rizuko, su madre y sus hermanos pequeños.

—¿Y Sesshomaru no pudo revivirlos con colmillo sagrado?

—N-No lo había pensado —admitió.

—No hubiese podido —la mujer dragón apareció en la habitación donde yacían—. Pocos meses después de que aquel híbrido de nombre Naraku muriera, ocurrió una guerra donde mi familia estuvo implicada como protagonista, cada integrante participó, incluyéndome. Luchamos siendo aliados de Sesshomaru, pero en la batalla perdimos la vida.

—¿T-Tú también? —Yukie sintió un escalofrío recorrerle.

Entonces recordó una de las tantas pláticas que tuvo con Kagome al poco tiempo de arribar al Sengoku.

Siendo obvio, no sabía nada acerca de colmillo sagrado y colmillo de acero, todo se debía a que esas espadas no existían mientras su yo pasado vivía muchos siglos atrás en el pasado. Fue su amiga de la preparatoria que le explicó el poder de cada una, siendo ahí donde le dijo que la herencia de Toga hacia Sesshomaru solo podía revivir un muerto una sola vez. Con esa información, ya podía deducir las razones por las cuales el peliplata no los había revivido.

Un Amor del Pasado (InuYasha) | Sesshomaru × Tú | TERMINADA Where stories live. Discover now