twenty-one

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Sesshomaru desenvainó a Colmillo Explosivo apenas arribaron a la escena protagonizada por caos y destrucción. La agitó una sola vez invocando su poder demoníaco, atacando a varios perros demonios que pertenecían al clan de Raiden. Iban a ir tras Rin, quien seguía encima de Kirara junto con Kohaku. Yukie no tardó en cubrir a los más jóvenes del lugar poniendo a las hojas sangrientas frente tuyo.

InuYasha, Kagome y compañía se habían expuesto innecesariamente al venir hasta este lugar, no solo eso, lo único que lograron fue echar a perder todo lo que Yukie hizo para mantenerlos a salvo. Yukiro querría matarlos sí o sí en esos instantes.

Lamentablemente habían llegado a tarde. Miles de ningyo estaban en la orilla muertos, seguramente parte de su especie en este lado del mundo estaría en riesgo de extinción. Yukie pudo visualizar a Seira a lado de su hermano, evitaba su mirada a toda costa. Claramente la habían obligado a usar sus poderes ante la muerte de Hayate.

—¿Me puedes explicar qué carajo has hecho, Yukiro? —la peliplata enfrentó al castaño—. ¡No me avisaste siquiera!

—Oh... ¿Debía hacerlo? —limpió la hoja de su espada.

—¡Soy tu superior! No te quieras pasar de listo —aclaró.

—Es que vi benefactor adelantar nuestros planes, hermana —usó honorífico de respeto para dirigirse a la oji carmín. Estaba fingiendo—. No quise molestarte, supe que estabas con Sesshomaru y supuse que querrían privacidad.

—¡No me estés jodiendo!

Raiden se posicionó a lado de su socio. Mantenía una expresión fría, y se volvió aún más al escuchar esas palabras de parte de Yukiro. ¿Qué hacía su Yukie en compañía de ese imbécil?

—Veo que no todos los monjes y sacerdotisas fueron aniquilados como lo pedí —notó el de cabellos cafés al ver a Kagome, Rin y Miroku—. Debería encargarme de ellos de una vez por todas.

—¡Eso sobre mi cadáver! —exclamó InuYasha. No dudó en atacarlo—. ¡Viento cortante!

—¡Raiden, encárgate de ese mitad bestia! —ordenó, esquivando el ataque del híbrido. Se lanzó estrepitosamente hacia Rin y Kohaku, pero una espada de oro se interpuso entre ellos y Yukiro.

Se trataba de Rizuko, quien había vuelto a tomar su forma humanoide. Chisaki y Asahi estaban ahora en el suelo un tanto alejados del tan horripilante escenario.

—Miren a quién tenemos aquí —rió—. ¡Princesa Rizuko! Qué bajo has caído al proteger a unos indefensos y patéticos humanos.

—¿En serio escudas de esa manera tu miedo y cobardía? ¿Llamándolos indefensos y patéticos? —soltó. El oji carmín frunció el entrecejo—. Por algo quieres matar a esa niña, sabes que es una amenaza para ti, ¿no es así, Yukiro? El que ha caído bajo es otro —se impulso un poco más, tomando más fuerza y logrando hacer retroceder a su contrincante, al segundo, volvió a atacarlo con su espada hecha con sus poderes demoníacos como la dragona que era.

Sesshomaru fue el siguiente en propiciarle un puñetazo en el rostro que lo mandó directamente al suelo.

Raiden por su parte, peleaba contra InuYasha y Kagome. La azabache usaba sus flechas sagradas, aunque solo le quedaban dos más de estas para dar lucha. Un látigo de fuego fue a parar sobre la espada del líder del clan del cielo para que se le fuera arrebatada en una acción fugaz. Yukie le dio una patada en el estómago al tipo con el que había tenido encuentros íntimos anteriormente. Cómo se arrepentía por haber hecho tal cosa.

—Yo seré tu contrincante, Raiden, si es que puedes —informó.

—¿Vas a traicionar así a tu clan, cariño? —se mofó con el mote.

Un Amor del Pasado (InuYasha) | Sesshomaru × Tú | TERMINADA حيث تعيش القصص. اكتشف الآن