thirteen

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—Tienes suerte que haya estado de paso —dijo una voz femenina hacia un chico de cabellera larga azabache e iris azul marino.

—Sí, sí —alargó un suspiro.

—¿Qué sucedió ahí, Raiden? —cuestionó.

—Hay una perra que se hace pasar por Yukie. Si cree que puede engañarme, está muy equivocada.

—¿Y-Yukie?

—Así como escuchaste, Rizuko.

—Ahora que recuerdo, es completamente igual a ella —la chica dragón hizo desaparecer su arco y flechas de oro puro.

Raiden ya no dijo nada más. La mujer que lo había salvado caminaba por toda el área en donde se encontraban ambos. Yacían en el hogar de la fémina, un lugar demasiado grande por la apariencia humanoide de la demonesa. Tenía una que otra escama en la parte de sus brazos y piernas, además de unas vislumbrantes alas rosas que estorbaban, pero no quitaban la altivez que emanaban.

—¿En dónde están tus sirvientes? —preguntó el perro demonio.

—No tengo. Mi familia no sabe de este lugar, por eso te traje —después de un rato, le entregó un vaso lleno de sangre. Sangre humana.

—La princesa está harta de la realeza dragónica —rió—. No me extraña.

—Mi familia representa al fuego, el elemento natural más fuerte —se sentó frente suyo. Usaba un kimono para nada cómodo si se trataba de dar pelea—. Exigen mucho cada día, y eso que soy la menor... de once hermanos mayores.

—Pero la única mujer.

—¿Y eso qué? —giró los ojos.

—Conociendo a tu padre, ya debe de tener un matrimonio preparado para ti.

—Puede irse a la mierda. Y dime, ¿qué tal la llevan?

—Recién empezamos a matar a todos los monjes y sacerdotisas.

—Son muy lentos.

—Nos atrasó el hecho de que habían robado la tiara, pero Irasue nos la devolvió hace poco, así que ahora podemos continuar. Ya hubiésemos acabado si el rey del Oeste trabajara con nosotros, pero Sesshomaru es Sesshomaru, no merece tan grande puesto.

—¿Qué hay del rey del Este? —bebió un poco de su bebida.

—¿No has entendido, Rizuko? —Raiden le mostró una sonrisa siniestra—. Cuando te dije que aniquilaremos a todas las razas demoníacas existentes, es porque es verdad, y eso incluye a la tuya, a los hombres dragón junto con el gobernador del lado Este.

—Así que no te vas a retractar —la dragón mostró una expresión fría la cual no causó nada en el perro demonio.

—¿Creíste que iba a cambiar de opinión solo porque me lo pediste? Qué ilusa.

—Veo que no me dejas opción —Rizuko se levantó rápidamente igual que su nuevo contrincante.

Hizo aparecer en sus manos su arco. Fue una teletransportación inmediata, y una vez lo poseyó, no dudó en lanzarle una flecha desde lo más lejos que su hogar le permitía. Raiden se defendió del ataque con su espada aunque tanta fue la fuerza que la demonesa empleó que lo mandó a volar destruyendo una de las pareces del lugar.

—Debí dejarte morir a manos de Sesshomaru, no sé qué estaba pensando —espetó.

—No quieres pelear contra mí, Rizuko.

—Lástima, Raiden. No me voy a echar para atrás —volvió a lanzar otra flecha de oro creada con su mismo poder demoníaco. Vio que rozó el brazo de su enemigo.

Un Amor del Pasado (InuYasha) | Sesshomaru × Tú | TERMINADA Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt