| ᴀᴜ ᴇsᴄᴏʟᴀʀᴇs | ʀᴏᴍᴀɴᴄᴇ ᴘsɪᴄᴏʟóɢɪᴄᴏ |
❝ La enfermedad del amor existe, consiste en intensos sentimientos y la necesidad de ser correspondido por esa otra persona. Llegando al punto donde el paciente pierde la noción de individualismo... si es que a...
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❝Y no haces más que tratar de quitar el dolor y mirar el mundo arder aún siendo el que causa el fuego, sin aprender nunca, pasando por ello.❞
SkyDxddyfeat. Enkay47 | Madness
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Aquella mañana del día lunes fue particular para varias personas, en especial Kaminari que como siempre era el último en llegar a la academia y tuvo frente a sus ojos tan particular escena.
Pero no, ver a Midoriya y Bakugō discutiendo no era lo extraño, lo que llamó su atención fue ver que el chico de cabello rizado de repente abrazaba entre lágrimas al mayor y este permanecía congelado. Incluso en el momento que lo apartó lo hizo con una particular suavidad que a Denki le sorprendía, al menos eso fue lo que vio él desde su punto de vista ligeramente distorsionado.
Era incapaz de ver la evidente mueca asqueada en el rostro de Katsuki, la forma en que apretaba con fuerza los antebrazos de su hermanastro, su ceño fruncido y que hacía un gran esfuerzo por no comenzar una pelea en ese mismo momento. Aparte del hecho de que Midoriya no intentaba abrazarlo, sino que al tratar de detener al rubio, se tropezó por accidente y terminó cayendo encima sin querer. Los dos se sentían incómodos ante la cercanía y evitaron la violencia porque en ese momento el director pasaba cerca de ellos.
Una sensación extraña y conocida invadió el pecho de Kaminari, quien siquiera se movió de su lugar a pesar de que el par de hermanastros no estaban a la vista.
Inconscientemente mordió la uña de su dedo pulgar ansioso.
—Amargo —Murmuró entredientes retomando su camino inicial hacia la clase del profesor Aizawa.
En cuanto atravesó el umbral del salón de clases, se vio imposibilitado de seguir caminando hasta su puesto correspondiente porque el mismo profesor le dijo que debía volver a salir para hablar en privado.
Los estudiantes comenzaron a cotillear entre ellos como era usual cuando un profesor llamaba a alguien para charlar y en completo silencio Kaminari le siguió con la cabeza gacha.
Sin darse cuenta llegó hasta la oficina de la consejera Takeyama y a pesar de que escuchaba a los adultos hablando sobre sus múltiples ausencias a clases, bajas calificaciones en determinadas asignaturas y preocupación ante su estado de ánimo, ya que faltó a su promesa de asistir un par de veces con la consejera y eso los alertó.
El historial de Kaminari era lo suficientemente preocupante para cualquiera, en especial siendo un adolescente considerado volátil y que puede ser extremista de vez en cuando.
Apenas recibieron una respuesta por parte del rubio que se limitaba a asentir, hacer promesas vacías, mirar de reojo su entorno y fingir que comprendía la preocupación de los mayores, a pesar de que su cabeza era un completo desastre donde se sentía capaz de visualizar diferentes escenarios para nada agradables, uno más detestable que el anterior y los sentimientos amargos se convertían en una peculiar sensación agria desagradable.
