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❝Tus ojos me han dicho miles de mentiraspero creo en ellos cuando me ven,escucho los rumores,pero no quieres confesarlos, supongo quees porque espero que sea por mi culpa

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Tus ojos me han dicho miles de mentiras
pero creo en ellos cuando me ven,
escucho los rumores,
pero no quieres confesarlos, supongo que
es porque espero que sea por mi culpa.❞

Selena Gomez | My Dilemma 2.0

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El nuevo día de clases inevitablemente llegó para desgracia de Kaminari, que estuvo demasiado tentado a fingir que estaba enfermo y no asistir, Bakugō no iba a obligarlo a ir a la academia si no quisiera, pero de todas maneras el quinceañero se levantó de la cama a regañadientes.

Tras una ducha relajante que sirvió para disminuir la tensión en sus músculos por el esfuerzo de la noche anterior, salió del baño con una toalla alrededor de la cintura y se dispuso a vestir el uniforme como cada mañana.

Al ver su reflejo en el espejo se dijo a sí mismo que parecía bastante aceptable.

Solo fue necesario aplicar un poco de maquillaje para cubrir las ojeras, bálsamo labial a sus labios agrietados y una de sus muchas gargantillas. Esa mañana se decidió por una de color negro que contaba con una pequeña hebilla plateada y una presilla que sujetaba la tela sobrante, sin dejar de verse en el espejo, movió sus dedos hasta las orejas acariciando las pequeñas cruces oscuras sin dejar de sonreír.

Ya satisfecho con su apariencia, salió del cuarto encontrando a Bakugō con el uniforme de la academia, los primeros botones de la camisa blanca sin abotonar, la chaqueta gris debajo de su brazo y los pantalones verde oscuro.

—¿De dónde sacaste el cambio de ropa? —Preguntó Kaminari mientras aceptaba una taza de chocolatada con mucha azúcar.

—Hace tiempo que llevo ropa extra en el auto porque nunca sé cuándo me quedaré a dormir —Denki asintió, a gusto por la respuesta y mirando de reojo pudo notar que en la sala no había rastros de las cosas que rompió la noche anterior o el desastre en general —También deja ropa en mi casa.

—Pero me gusta usar tu ropa...

—Si continúas llevándote mi ropa, voy a quedarme sin nada.

—Entonces solo tienes que venir a verme —Dijo con una sonrisa inocente en los labios.

Bakugō no respondió a esas palabras, se limitó a seguir bebiendo de su respectiva taza mientras miraba a través de la ventana.

Apenas se levantó fue capaz de darse cuenta de que Kaminari no estaba siendo él mismo, partiendo desde el hecho de que no hablaba sin parar como cada mañana, permanecía callado y verificando las notificaciones de sus redes sociales.

Terminaron de desayunar en un silencio particular, no llegaba a ser incómodo, solo era raro.

Incluso cuando subieron al auto el mutismo fue demasiado evidente, siquiera la música lograba llenar el ambiente. Pasaron primero por la casa de Bakugō para que Kirishima se uniera a ellos y en el camino se cruzaron con Sero que no dudó en subirse como cada mañana, salvo que en esta ocasión era sencillo darse cuenta que ninguno estaba de humor para hablar o hacer bromas.

Lovesick Boys © || BakukamiWhere stories live. Discover now