| ᴀᴜ ᴇsᴄᴏʟᴀʀᴇs | ʀᴏᴍᴀɴᴄᴇ ᴘsɪᴄᴏʟóɢɪᴄᴏ |
❝ La enfermedad del amor existe, consiste en intensos sentimientos y la necesidad de ser correspondido por esa otra persona. Llegando al punto donde el paciente pierde la noción de individualismo... si es que a...
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❝ Soy la causa de todas mi penas, ni siquiera reconozco la cara que escondo, porque todo lo que he probado me dejó huecos en el interior.❞
The Birdsongs | Will Your Save Me?
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Estaban de regreso en la finca en el mismo incómodo silencio, ahora con la adicional tensión donde se preguntaban: “¿Ahora qué?”. No es como si tuvieran un libro de instrucciones sobre cómo preceder.
Sus manos y conciencias ya estaban manchadas, no hay forma de revertir el daño ya hecho.
Kaminari caminaba con la cabeza gacha detrás de Katsuki, solo se detuvo un momento porque lo etiquetaron en otra publicación y al ver su teléfono de nuevo, dejó de respirar por un instante. Los demás se dieron cuenta de que Denki había dejado de avanzar y abrieron los ojos con sorpresa cuando este dejó caer su teléfono.
—¿Alguno vio el teléfono de Sero?
Intercambiaron una mirada buscando una respuesta, pero ninguno de ellos encontró el teléfono de Sero mientras limpiaban, hallaron muchas cosas, hasta condones usados, pero nada más.
Eso era una mala señal y no saben si es bueno o malo, Bakugō era el que permanecía particularmente callado.
Se preguntaba si Sero había hablado con alguien de sus asuntos, eran tan posible como imposible, existe una alta probabilidad de que haya soltado la lengua a terceros y al mismo tiempo es improbable porque, a pesar de todo, era un amigo que guardaba muchos secretos. Luego de la fiesta, Bakugō pudo confirmar que sabía mucho más de Kirishima que él mismo, que era su supuesto mejor amigo.
Bakugō se preocupó por un fugaz pensamiento que tuvo, en la ligera posibilidad de que no haya sido un ataque llevado por la ira sino algo con genuina intención de matar. Hizo a un lado esos pensamientos.
Él estuvo presente en toda la escena, sabe que Kirishima no tuvo la intención de asesinar a Sero, debería estar preocupado por su propia reacción tardía a la hora de detenerlo. Estaba enojado con Sero, es verdad, pero no se consideraba capaz de matar a alguien literalmente. Si tuviera que ensuciarse las manos con la sangre de alguien... esa sería Inko.
Miró de reojo a Midoriya que miraba alrededor de la sala en busca de un teléfono que claramente no iba a aparecer, porque antes de percatarse de su ausencia, ellos ya habían limpiado absolutamente todo el lugar.
Regresaron al cuarto-depósito donde tuvo lugar el asesinato y lo encontraron en perfectas condiciones.
Luego de que la ropa y sábanas se ensuciaron con sangre, decidieron limpiar todo y más tarde iban a enviarlo a alguna sociedad caritativa junto al resto de las cajas con ropa sin usar. No estaban destinadas a ser regaladas, pero era una buena oportunidad para deshacerse de cualquier posible enlace con el crimen y lo harían sin levantar sospechas, porque la empresa de modelaje a la que pertenece Kaminari de vez en cuando dona ropa a personas en necesidad.
