| ᴀᴜ ᴇsᴄᴏʟᴀʀᴇs | ʀᴏᴍᴀɴᴄᴇ ᴘsɪᴄᴏʟóɢɪᴄᴏ |
❝ La enfermedad del amor existe, consiste en intensos sentimientos y la necesidad de ser correspondido por esa otra persona. Llegando al punto donde el paciente pierde la noción de individualismo... si es que a...
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❝Porque la bondad es debilidad o peor, eres complaciente, podría jugar bien o ser una matona estoy cansada y enojada, pero alguien debería estarlo.❞
Halsey | Nightmare
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—Me sigue doliendo la existencia —Murmuró Kaminari mientras tocaba su espalda baja ignorando la mirada pervertida de Sero.
—¿Y cómo no va a doler? Te oías ta-
Sero no pudo terminar su broma porque Bakugō frenó tan de golpe que hizo al azabache golpearse contra el asiento de manera dolorosa, Kirishima bufó divertido, se lo estaba buscando desde que subió al auto esa mañana y lo primero que hizo fue burlarse de la expresión dolorida de Kaminari.
Bajaron del auto dejando a Sero encerrado, el azabache llamó a sus amigos en vano y se vio obligado a salir por la ventana bajo la disgustada mirada de su profesor de geografía que se preguntaba por qué sus alumnos eran tan particulares.
En las puertas de la academia se encontraron con Ashido que leía un libro de historia por su próximo examen.
Los chicos saludaron a la chica y juntos entraron a la academia, allí vieron a gran parte del cuerpo estudiantil aglomerados frente a la pizarra de anuncios y algunos miembros del centro de estudiantes respondiendo dudas junto a dos profesores que buscaban mantener la calma desde tan temprano.
—Estos últimos años el consejo estudiantil ha sido muy eficiente —Dijo Kirishima ignorando a la multitud y caminando lejos junto a sus amigos.
—Querrás decir sobreexplotados —Bufó Bakugō rodando los ojos.
Kaminari se despidió con demasiada alegría para ser apenas las siete de la mañana en cuanto vio a Jirō al final del pasillo, pero cuando quiso correr sintió una incomodidad en su cuerpo que le hizo fruncir el ceño.
Vio a Bakugō sonreír entre dientes y le dio un pequeño puñetazo en su hombro, el mayor acarició su cabeza revolviendo las hebras rubias y siguió con su camino sin rastro de culpa.
Sin esperar a perderlos de vista, Denki de nuevo intentó llegar a su mejor amiga, pero como sus movimientos eran lentos y se vería raro si empezaba a correr sintiendo ese dolor, decidió gritarle a mitad del pasillo sin obtener una respuesta. Entonces buscó entre las cosas de su mochila un pequeño alcohol en gel y lo lanzó a la espalda de su amiga.
La forma en que Jirō se sobresaltó fue divertida para el quinceañero, hizo a un lado sus enormes audífonos mirando de un lado a otro buscando a su peligroso asaltante y solo vio la sonrisa adorable de Kaminari a unos pasos de distancia.
Al fin la chica de baja estatura frenó sus pasos para esperarlo y al verlo caminando con mayor lentitud de lo usual, elevó una ceja curiosa.
—Buenos días, hermosa mejor amiga del mundo —Jirō lo miró con mucha más desconfianza.
