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Hola!! Como siempre, muchísimas gracias por apoyar esta historia. Espero poder seguir leyendo vuestras opiniones acerca de ella y recibiendo algún votito, que eso anima mucho a continuar!!! Hoy no he tenido un buen día, pero eso me ha servido para encauzar la personalidad de los protagonistas, así espero que se entienda un poco mejor todo. Le pido perdón a Briana por ser ella quien ha pagado mi mal humor...Nos leemos, besos!!!

Capítulo 21

Pocas veces me había sentido perdida en mi vida. Casi siempre sabia lo que iba a ocurrir, por ejemplo, cuando estoy durmiendo sola y tengo miedo, sé que pasará, cuando me meto en líos en el colegio, sé que lo solucionaré, y así con todo, menos con esto.

Mantengo las manos unidas sobre mis piernas, con la mirada fija en el suelo de la estación de policía. El ruido a mi alrededor queda como un simple fondo apagado hasta que una voz entre todas me hace levantar la cabeza. Desde mi posición distingo a Russo, quien está frente a la mesa del agente que me recogió, entregándole unos documentos.

El muchacho de cabello rizado no me mira en ningún momento, ni si quiera cuando el policía me indica que me ponga en pie y me aproxime a ellos. Ni con esas me mira, por lo que me limito a asentir al agente que me deja ir con una advertencia.

― Atrás. ― dejo la puerta de copiloto ante sus palabras, cerrándola de nuevo para sentarme en la parte trasera.

El viaje se da en silencio, solo con la radio de fondo. Un sentimiento de pena me corroe todo el camino, junto con un poco de miedo. Miedo a qué hará Russo, a qué decisión tomará y pena porque siento que todo en mi vida estaba yendo bien y la he cagado. Yo y mis ganas de liarla siempre.

Subimos hasta el apartamento en completo silencio, lo que genera que mis manos suden más, que los ojos me piquen y que los nervios me ataquen aún más, produciéndome un dolor en el pecho que pocas veces había sentido. 

Todo eso se incrementa cuando las puertas del ascensor dan paso al recibidor/salón, con la oscuridad de la noche y las tenues luces base prendidas. Russo lo soluciona pronto cuando prende las luces generales, acción por la que me volteo a mirarle, encontrándome con sus orbes mirando los míos con rudeza. Aparto la mirada y trato de hablar, pero nada sale de mi boca. Por primera vez estaba siendo consciente de que había hecho un lío enorme, que no tenía razón y que estaba equivocada. 

Doy un alarido sorprendida cuando su mano ha atrapado mi muñeca, arrastrándome por el lugar hasta llegar al pasillo del piso inferior, donde se encontraba el gimnasio, la sala de juegos y el baño. Entramos a este ultimo a pesar de que me intento aferrar al marco de la puerta como una inútil, quedando frente al gran espejo, con él sosteniendome por los brazos para evitar que me mueva. Mi aspecto es asqueroso, es denigrante. Tengo la cara sucia y con restos de tierra, el uniforme esta manchado y arrugado, el pelo esta sucio y enredado, al igual que mis uñas estan llenas de tierra y mis manos de suciedad, asi como mis piernas y zapatos. 

Alzo la mirada de mis extremidades al reflejo de Russo en el espejo, dejando rodar una de las tantas lagrimas que había estado resistiéndome a soltar. 

― Nunca te habías visto así, ¿eh? ― se hace a un lado, pasando uno de sus dedos por mi mugriento pelo. ― ¿Qué te parece? Eres como una sin techo, que además ha estado a la fuga...pero que viste con uniforme de 300 dólares. ― hace un pausa, sonriente. ― ¿Sabes qué pienso yo? Que así tendría que haber sido tu destino, esto es tu verdadero tú. 

Cierro los ojos y trato de moverme, pero me lo impide. Mantiene mi cuerpo contra lavabo y se ríe ante mi desesperación, moviendo sus manos fuera de mi alcance, sacándome el jersey del uniforme. Grito cuando me arranca de un solo tirón la corbata de mi cuello, sosteniéndome contra el mármol mientras toso, lo que aprovecha para darle un tirón a la camisa, dejándola abierta y rota. Las lagrimas fluyen por mi rostro y no trato de ser silenciosa, dejándome caer al suelo para poder abrazarme a mi misma, aunque solo le doy paso a sacarme la camisa. 

INSTRUCTOR | Timothée Chalamet |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora