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Hola!! Espero que os guste y que se os rompa la cabeza con este chico como me pasa a mi!! Besitos

Capítulo 28

Russo me está esperando frente al ascensor. Lleva una gabardina negra que le queda extremadamente bien, manteniendo una mano dentro de uno de los bolsillos, mientras que con la otra maneja con total control su teléfono móvil. Se veía jodidamente bien, motivo por el que siento que la que no va bien vestida soy yo.

No tengo tiempo de arrepentirme, pues su mirada repara en mí al instante. Repasa mi atuendo y frena en mis piernas desnudas, protegidas únicamente por unas medias de color piel que harían de barrera contra el aire fresco. Entrecierra un poco los ojos y termina en mi cara, sonriéndome al final.

―Bien, nos vamos.

Todo es silencioso, desde la bajada en el ascensor, hasta el viaje en coche. Lo único que hace que el rato pueda pasar es la radio de fondo, con canciones que no llegaban a desagradarme del todo. Algunas eran canciones francesas, por lo que tengo un fugaz recuerdo sobre lo que vi en su ficha.

Pero decido tragarme las ganas de preguntar.

Jugueteo con mis dedos mientras él conduce, posando mi vista en los coches que queda a nuestro alrededor. Russo conduce por la izquierda, adelantándoles. Eso me permite observar dentro de los vehículos, adivinando que ese es mi pasatiempo favorito cuando voy subida en uno de ellos.

Algunos viajaban con perritos en la parte de atrás, otros eran familias que se dirigían a cualquier lugar para pasar el día, otros iban solos, otros en pareja...incluso veo a una pareja que discute. Él gesticula con sus manos y ella se lleva las suyas a la cabeza, negando.

―Mirar a la gente es de mala educación...

Dejo de mirar al instante en que le escucho, volviendo la vista al frente. Me siento como si me hubiesen pillado robando.

―Lo siento.

―Uh...―decide adelantar, quedando de nuevo en el carril derecho tras ello―, me sorprende lo amable que estas. Incluso obediente...¿tanto miedo tienes de irte?

Guardo silencio y él ríe.

―Vaya...bueno, tampoco creo que fuese tan duro para ti. ―continua, mirándome con el rabillo del ojo―. Quiero decir, estás acostumbrada a ir a lugares donde no te quieren...donde no te conocen. Incluso seria una nueva oportunidad para empezar de cero sin cagarla.

Aprieto los puños, casi mordiéndome la lengua. No le diré nada, no pienso retroceder.

No voy a caer en sus juegos provocativos, no voy a hacerlo. Necesito ser fuerte...tengo que ganarle. Tengo que ser mejor que él.

―Quiero seguir aquí ―murmuro, aunque me hubiese gustado decirlo con más firmeza―, no quiero irme a ningún lado.

Bueno, quizá diciéndolo con esta lastima tenga mejor efecto.

Él guarda silencio, pero tiene una sonrisa estirada en la comisura de su boca.

Sigo mirando los vehículos y sus interiores, pues aunque él no quiere que no haga, no tiene más remedio que volver a adelantar a todos. La paciencia no parece ser una de sus principales virtudes. Conmigo tiene poca, pero es que conduciendo tiene menos.

Bufa molesto, por lo que dejo de mirar por la ventanilla. Acelera más en respuesta y yo fijo mi mirada al frente, sintiendo como vuelve al carril derecho. Cuando observo la carretera, veo que somos los primeros.

INSTRUCTOR | Timothée Chalamet |Where stories live. Discover now