23

447 43 13
                                    


Hola!! Perdón por la tardanza, estaba terminando exámenes!! Espero que os guste y poder leer vuestras opiniones y recibir algún voto de apoyo! Muchas gracias!!

Capítulo 23

El ambiente es completamente tenso ahora mismo. Anderson, el director, nos observa a Sanem y a mí con cierta rabia. Su aspecto deja ver cuán cansado esta, pero no parece dispuesto a rendirse, pues aún nos mantiene la mirada. Yo soy la primera en desviarla ante el carraspeo de Russo, quien junto con la madre de Sanem, esta tras nosotras como nuestros representantes legales.

― A ver...convencedme de que no es un error readmitir vuestra presencia en esta escuela.

Observo a Sanem tras las palabras del director, viendo como hincha su pecho antes de hablar. ― Es la cuarta vez que dice esto y también la cuarta vez que respondemos que lo sentimos, que seremos alumnas ejemplares y que nada de esto volverá a ocurrir nunca más.

El viejo me mira a mi después, por lo que asiento de forma efusiva

― Completamente de acuerdo con mi amiga y compañera.

Parpadea hasta en tres ocasiones, moviendo la cabeza para intercalar miradas entre la morena y yo, terminando por alzar los ojos al cielo acompañado de un potente suspiro. Finalmente firma el papel que tanto había estado haciendo mi nuca sudar, tendiéndoselo a Russo. Este se inclina sobre la mesa y firma donde debe, al igual que hace la madre de Sanem cuando se lo pasa. Busco con la mirada la del muchacho a mi lado, pero la desvío al no obtener respuesta por su parte.

Una vez todo esta firmado, Anderson suspira. ― Bien, habéis sido readmitidas en este admirable y respetable colegio. Espero que no se vuelvan a repetir los incidentes que llevaron a vuestra expulsión, así como cualquier otro de los cometidos anteriormente. No pienso dejar pasar ni lo más mínimo ¿he sido lo suficientemente claro?

― Cristalino. ― ambas respondemos a la vez, lo que nos causa risa.

― Largo de mi vista.

No tardo ni tres segundos en ponerme en pie, dispuesta a correr fuera de ese despacho, pero el cuerpo de Russo bloquea mi camino. De repente recuerdo todo lo ocurrido hasta ahora y la emoción se desploma en mi sistema, desapareciendo entonces la sonrisa de mi rostro y con una potente respiración que se lleva la alegría lejos de mi.

En ese momento él asiente, volteándose con intención de que le siga. Me molesta tener que aceptar todo lo que él diga o quiera, pero al final esto eran condiciones y yo tenía que aceptarlas.

Cruzamos el umbral de la puerta que da al despacho, situándonos en la recepción de Nickolás, quien nos mira con pesadez. Efectivamente, no estaba muy contento con nuestra readmisión. Varios murmullos que se acaban por convertir en palabras un poco más altas me hacen volver la cabeza, divisando a Sanem y a su madre protagonizar una acalorada disputa.

― Que sepas que estas aquí por tu padre, si por mi fuese estabas en la otra punta del país, con tus benditos abuelos, a ver si alguien logra soportarte. ― la señora se peina el flequillo y ojea su móvil, sin prestar la más mínima atención a la morena.

― No, si teniéndote a ti por hija, seguro que me soportarían.

La mujer golpea la mejilla de mi amiga sin pensárselo dos veces, acto que impulsa mi cuerpo de manera casi inconsciente hacia ella. Soy frenada por la mano de Russo rodeando mi antebrazo, lo que me hace mirarle con mala cara, recibiendo una ceja alzada por su parte. No tengo tiempo de hacer una guerra de advertencias y desobediencias con él cuando madre e hija comienzan a gritarse ahí en medio.

INSTRUCTOR | Timothée Chalamet |Where stories live. Discover now