Briana es enviada a un colegio privado por su tutor, un completo desconocido para ella.
Ethan Russo es el nuevo instructor del colegio, encargado de mantener el orden.
Pero Russo comienza a desarrollar un interés especial en controlar la vida de Bri...
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Atrapada
Cuando bajo del coche, tras haber viajado por voluntad propia en los asientos traseros, me encuentro ante un edificio gigante y con un aspecto bastante caro. Mi ceño se mantiene fruncido mientras Russo baja del coche, sin comprender como esta persona podía permitirse vivir en este edificio y ese coche de alta gama, no tenía sentido si lo pensaba económicamente.
Avanzo hacia la entrada principal cuando cierra el coche desde la distancia, haciéndome a un lado mientras esperaba a que abriese la puerta enorme. Accedo al rellano en completo silencio, guiándome de sus pasos hasta llegar a un ascensor que tenía T.C en uno de los marcos. Él saca una llave extraña y la introduce dentro de un compartimento que hace que el ascensor se abra, dejándonos entrar en el ascensor más grande que jamás había visto fuera de un centro comercial.
Marca el piso 9 y aguarda en silencio, al igual que hago yo, manteniendo la mirada en el suelo del lugar. La puerta se abre antes de lo que yo me imaginaba, dejándome ver un salón enorme.
― Bienvenida. ― murmura una vez que hemos entrado. ― Toma asiento donde quieras, voy a por agua.
Lanza sus llaves a la mesita lista para eso y se adentra, dejándome a mí atrás examinándolo todo. Al frente encuentro una gran vidriera que deja ver la caída de la noche, con los edificios de enfrente perfectamente iluminados ya. Los sofás son de cuero negro que contrasta con la madera oscura del suelo y también con la chimenea y la televisión que hay a uno de los lados. A la izquierda del salón veo una pequeña puerta que se mueve si le empujas, como las de un restaurante, que supongo que es la cocina pues él sale de ahí con un vaso de agua. Repaso con la mirada las escaleras tras nosotros antes de que me tienda el vaso.
― Arriba está mi habitación, el baño de invitados y la habitación de invitados. Este es el salón, esa mesa es el comedor y tras esa puerta está la cocina. ― señala una mesa marrón oscura con jarrones negros decorativos sobre ella. ― Allí está el baño de este piso, la sala de juego y el gimnasio. ― señala el pequeño y oscuro pasillo que quedaba a la izquierda del ascensor. ― Esta es mi casa.
Mantengo mi ceño unido sin entender absolutamente nada, necesitando urgentemente un trago de agua que casi acaba con todo el contenido del vaso. Tras eso carraspeo, observándole.
― ¿Eres narcotraficante?
Rueda los ojos. ― Qué bruta eres.
― Esto no es normal. ― señalo nuestro entorno. ― ¿Cuál es tu verdadero nombre? ¿Qué mierda es esto?
― Siéntate. ― señala el sillón individual tras de mí. ― Me llamo Timothée, pero en ese colegio soy Ethan Russo. Tengo 24 años y conocía a la señora Beauchene desde los 10 años. ― mi pecho se encoge ante su mención. ― Era como mi abuela, parte de la familia aunque no compartíamos sangre, simplemente era mi vecina en la casa de campo de mi familia y todo se volvió mucho más personal con el paso de los años. Cuando nos enteramos de que adoptó a una huérfana adolescente supimos que era una mala idea...y vaya que lo fue.
