30. Dos castillos, el tercero.

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30.

Correr.

Correr.

Correr.

Su mente solo pensaba en una cosa, y era exactamente eso, lastimosamente nunca podría escapar de su mente, solo la muerte la libraría de su miseria, y seguramente si la muerte llegaba a ella, seria producto de todo lo que su mente le indicaba.

No supo cuánto tiempo estuvo corriendo, ni cuanto había recorrido, lo único de lo que era plenamente consiente era de que le ardían sentía como si le ardieran los pulmones, tenía los labios resecos y de las magulladuras que tenían las plantas de sus pies.

Cuando sintió que estuvo lejos de todo, sus ojos se toparon con algo que no esperó ver en medio de aquel bosque; dos grandes edificaciones. Con sigilo fue caminando alrededor de estas, percatándose así de que eran casi idénticas al instituto, solo que estas dos se encontraban separadas y rodeadas por unas enormes cercas que impedían la entrada o salida por sus patios.

— ¿Qué haces? — Preguntó una voz a sus espaldas, logrando sobresaltarla. Rápidamente se giró en su dirección, topándose con una figura masculina.

— ¿Quién eres? — Contratacó, dando pasos hacia atrás, sin éxito alguno, ya que él también se iba acercando.

—Yo solo salí a pasear, no es entretenido estar encerrado— Confesó, con un tono demasiado relajado y confiado.

— ¿Vives allí? — Le cuestionó con voz temblorosa, alzando una de sus manos y señalando los dos edificios.

—Vivía, ya no más— Respondió sin ningún problema, acercándose más a ella.

— ¿Por qué? — Siguió, olvidando de momento lo que había pasado con anterioridad.

—Un día crearon seis castillos, de esos uno para lo patológico y otro para lo creado, yo no pertenezco allí— Mintió, dándole una gran sonrisa, dando otro paso hacia adelante, logrando que la luz de la luna lo iluminara. Tenía el cabello negro y lleno de rizos, era alto y de tez blanca, con postura despreocupada y voz bastante grave, pero con los ojos asimétricos, siendo de distintos colores.

— ¿Quién eres? — Reiteró, arrugando su frente.

—Nathaniel— Comenzó a decir, ampliando su perfecta sonrisa—, Nathaniel Laxway.

Una noche una chica se asustó.

Una noche esa chica gritó y lloró.

Una noche ella tomó acciones que la perseguirían de por vida.

Una noche otras personas marcarían su camino hacia el castillo del inicio.

Una noche ella lo encontraría.

Una noche ella dejaría de estar en las penumbras.

...

Holaaaa.

Como han visto cada diez capítulos, en todos los que terminan en cero, el capítulo es algo distinto, por lo que les subo este seguido del anterior.

Y pues nada, tengo sueño y lo subo porque debo hacer algo por mi vida para poder mantener a mi amiga :3

Disfruten. 

Cuando el sol se escondeTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang