47. Víctima.

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47.

¿Cómo había empezado todo?

Había sido gracias a Dean, aunque muchos pensasen que había sido por Valery.

¿Por qué yo lo sabía cómo comenzaba y terminaba la historia?

Porque yo podía verlo todo, o bueno, lo que ellos me dejaban ver.

¿Por qué los ocho morirían ese veinticuatro de diciembre?

Porque en ninguno de los mundos posibles ellos podrían estar separados de sus almas, o estaban juntos o alguno de los dos lados debía desaparecer.

¿Por qué Erin estaba destinada a caer en la decadencia de aquel psiquiátrico en el que sería encerrada después de la muerte de ellos?

Porque ella al igual que los otros alumnos del instituto no habían sido tratados de forma correcta, sin contar de que ella debía haber recibido atención desde que cuando era niña, cortó el cabello de sus compañeras de clase solo porque eran muy bonitos, y según ella, no debían ser tan bonitos si el de ella no lo era.

¿Por qué el profesor Alexander había decidido tener algo con Valery? ¿Y por qué terminaría muriendo años después gracias a eso mismo?

Porque le parecía simplemente preciosa, no sabía si era algún instinto perverso y retorcido en él, pero ella era inteligente y muy llamativa, lo tenía todo para ser perfecta, pero ella no se quedaría con él al final, porque aunque nunca lo supiese, él corazón de Valery le pertenecía a Adler, muy a pesar de que ella no estuviese parada sobre esa base firme del amor, porque no lo conocía de forma real, y eso le impedía el poder darlo de esa misma manera.

¿Por qué los Laxway debían arruinar la vida de ellos?

Porque eran simplemente así, aunque no lo tuviesen planeado, ellos solo llevaban caos y destrucción, dejando todo en cenizas sin la capacidad de avivar una simple llama de esperanza.

Dean siempre había sido el más peligroso de todos, por su culpa ellos habían perdido sus almas y la capacidad de sentir algo más que rabia.

Cuando Dean empezó a estudiar sobre los diversos planos que podrían haber en el universo, se interesó de una forma poco sana, pero era normal, casi nada en su mente era sano.

Pasó días y noches leyendo e investigando, hasta que llegó a un lugar que nunca debió de haber conocido; el Darkflat, como él lo había llamado, era el plano más peligroso de todos, en donde habitaban criaturas que no tocaban a los otros mundos solo por aquel velo intocable que les permitía ver todo lo que ocurría, pero no les daba el acceso a aquello que tanto anhelaban.

Pero él no fue el único que se atrevió a romper aquellos velos, como había otros planos, también había otras mentes curiosas que no respetaron el orden que había para poder vivir en paz.

Al ver a aquellos ocho chicos que eran amigos, pero que estaban más destruidos que muchos, vio la oportunidad de hacer realidad su sueño.

Los estudió y tocó sus puntos más débiles, hasta llegar a uno concéntrico, el cual le permitía tener fácil acceso a todos ellos.

Todos querían huir del dolor y esa sensación de opresión eterna.

Primero tocó a la más difícil; Valery, sabiendo que si convencía a ella podría hacerlo con los demás.

Sabía bien que trataba de mostrarse feliz y sonriente siempre, pero eso solo era para engañar a los demás, así no sentían lástima por ella, porque eso era lo único que le quedaba de conforte; el pensar que para los otros ella tenía la vida perfecta.

Cuando el sol se escondeWhere stories live. Discover now