🥀2O🥀

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La semana pasó lo suficientemente lenta como para tener a YoonGi tenso debido a no saber nada de su mejor amigo y ahora que sabía la situación por la que atravesaba aquella manada lo hacía sentir al borde de la histeria; tenía miedo y no era una sorpresa el que la mayoría de la manada también lo sintiera. Después de todo cualquiera que haya vivido en carne propia lo que sucedió en el tiempo que lobos del mismo tipo atacaron la manada, sabrían que los hechos que se presentarían eran inciertos, y aún si esta vez estaban alertados del presunto ataque, la guerra que los lobos solitarios armaban llegaban con el único deseo de sangre y dominar, era casi imposible evitar una tragedia, aún si tenían la mejor de las protecciones no podían asegurar nada.

Terminó de plantar unas cuantas flores y caminó hasta donde Kim Seokjin se mantenía cultivando las propias. Había sido un bonito gesto de la familia Park, permitiéndole su propio huerto donde plantar sus flores y Seokjin no había dudado en aceptarlo, después de todo era un amante nato de las flores y quizás por esa razón había desarrollado una nueva amistad con YoonGi.

-¿Terminaste?

Seokjin dirigió su vista hacia él y asintió, limpiándose las manos en una pequeña cubeta llena de agua y secandolas luego para recibir el vaso de jugo que YoonGi le ofrecía.

-¿Aún no llega?

YoonGi negó dejando caer los hombros, se suponía que JiMin y su madre vendrían ese día al amanecer, pero ya estaba anocheciendo y no había noticias de su presencia. Inevitablemente se sentía preocupado, imaginándose miles de escenas que rápidamente ahuyentaba ante el miedo de que se volvieran realidad.

-Sabes que el camino es largo, no te preocupes mucho.

-Es imposible no hacerlo -bufó, su voz volviéndose ronca y baja, casi deseando que Seokjin no le escuchase.

Pero el omega lo había hecho, al igual que todas esas frases que el beta había lanzado en esa semana que llevaban de conversar. Seokjin había notado algo que lo sorprendió mucho, y no era nada más que el otro lado de la moneda en esa historia entre JiMin y YoonGi. Al parecer los dos sufrían por sus propios motivos, y fue rápido en notar que quizás JiMin ya había ganado el juego pero ninguno de los dos eran lo suficientemente observadores como para notarlo.

Y es que el rostro del beta solo había mostrado arrepentimiento, dolor e incluso angustia, y aunque de primera pensó que se trataba de YoonGi sintiéndose mal por no poder responder los sentimientos del omega, luego notó que había algo más ahí. Algo que fácilmente salió a luz cuando sacó el tema de JiMin siendo cortejado por un alfa como Junjo. YoonGi había saltado a la defensiva casi de inmediato, apretando los puños y llenando de insultos el nombre del alfa.

Al parecer Min YoonGi no necesitaba de un lobo para marcar su territorio puesto que su forma de actuar y hablar cuando se trataba de JiMin dejaba muy en claro el sentimiento que el beta tenía por el omega.

-Ya deberías de decírselo -musitó, acallando al pelinegro quien había empezado a hablarle de esa flor que había comprado recientemente en el basar que habían hecho en el pueblo.

-¿Qué?

Seokjin se aguantó el no rodar los ojos y sólo suspiró. Y para confrontar al otro decidió cruzarse de brazos y darle una mirada intensa que fácilmente podía poner nervioso incluso a un alfa, pero a YoonGi no.

-Decirle a JiMin que te gusta.

YoonGi bufó.

-He estado hablandote de las flores que quiero plantar y tu no has escuchado -renegó pero aún así SeokJin sonrió grandemente.

No lo había negado y eso, teniendo en cuenta que el beta era poco expresivo con las personas -a excepción de JiMin-, significaba mucho.

-Creo que deberías empezar un cortejo, quizás así terminas de enterarte de lo obvio....

Flores en manos de YoonGi ; YoonMin/윤민 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora