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La incomodidad se clavaba en su mente mientras trataba de encontrar una buena posición para dormir. Pero nada parecía funcionar, entre acomodar las almohadas, alisar las sábanas y cambiar de posición constantemente, YoonGi se dió por vencido y simplemente se puso de pie.

En cuanto sus pies desnudos tocaron la madera del piso, su cerebro pareció reaccionar y tener en cuenta que no era buena idea pasearse por su casa a media noche, aún si el insomnio le ganaba, no podía simplemente andar por ahí e interrumpir el dormir de sus padres.

Suspiró, el revoltijo en su estómago también era otro factor que le incomodaba y no le permitía dormir. Hizo tronar sus huesos y al fin se decidió a salir hacia el jardín.

Estaba preocupado, ansioso y molesto, tantos sentimientos encontrados que terminaban haciéndolo un lío ante los acontecimientos recientes.

Quería simplemente olvidar el hecho de que había una flor que esperaba a ser plantada. Quería olvidarlo pero su testarudo razonamiento y corazón parecían coordinarse para ir en su contra. Y así era como volvía al mismo pánico del inicio.

Estaba aterrado porque nada era tan fácil como el hecho de haber encontrado aquella rosa. No lo era y eso lo hacía querer gritar y llorar de la presión que sentía encima porque no había posibilidad de que un cachorro naciera de entre aquella flor si con las anteriores que había intentado todo había sido un fracaso. Lo había sido y entre tantos intentos fallidos no creía ni tenía la esperanza de que este fuera el acertado.

Porque sabía, él sabía que ese pequeño acto de plantar y cuidar sus propias flores era una perdida de tiempo siendo que la luna nunca había permitido que un beta tuviera ese privilegio de ver nacer un cachorro propio de una flor. Nunca había sucedido y esa realidad se ataba a su garganta como fuertes espinas que estaban empezando a marchitar las ilusiones en su corazón.

Porque el YoonGi jóven que apenas entraba a la adultez nunca le puso límites a su imaginación y esperanza y eso había conllevado a que el YoonGi de ahora, el maduro y con tantos fracasos en su lista, terminará llorando por lo estúpido que había sido en pensar que era especial como para que la luna se apiadará de él y su deseo.

Porque no todo era tan fácil. No lo era y sabía que si sus manos se ensuciaban de tierra esa noche o cualquiera de los días venideros para plantar esa bonita rosa, no sólo estaba plantando sus esperanzas, no, también estaba alimentando la ilusión de su menor, de JiMin, esa ilusión que lo mantenía con ojos brillantes y sonrisas coquetas. Temía por JiMin, por su corazón y al pensar en ello realmente maldecia el momento en que el Omega decidió poner sus sentimientos en su persona. Porque JiMin no merecía ese sufrimiento, esa angustia de saber si eran compatibles como para tener un cachorro, o ser piezas incorrectas que por más que tratará de hacerlas encajar, nunca lo lograría.

Temía esa posibilidad e injustamente era la que más posible se volvía entre las otras.

Murmuró una maldición cuando el frío de la noche golpeó su cuerpo, se abrazó asi mismo y caminó hasta llegar a su pequeño tramo de flores.

Era una imagen bella ante la vista, con los flores de colores por doquier y algunos arbustos colocados a los lados, más el sentimiento que cada flor llevaba era de mera tristeza. Porque en la mayoría de esas flores bonitas había quedado la esperanza del beta.

—Mierda —gruñó sintiendo la angustia acumularse en su pecho.

Tenía miedo, porque esa era quizás la última oportunidad que se daba así mismo. Porque no era sano para su corazón y mente, no era bueno dejar florecer flores que al final solo provocaban que su corazón se marchitara.

—Hijo —dijeron a sus espaldas. Sus hombros se cuadraron y carraspeó en un intento de despejar el nudo en su garganta.

Fue inútil puesto que su madre no había perdido el tiempo de ir hasta él y abrazarlo, lo estaba consolando, al igual que todas las veces en que sus flores se llenaban de maleza y al igual que todas las veces en que plantaba y desplantaba flores tras flores.

Flores en manos de YoonGi ; YoonMin/윤민 Where stories live. Discover now