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El sol estaba más caliente de lo que había previsto, pero aún así se negaba a dejar el jardín si con ello JiMin dejaría de sonreír de la forma que lo estaba haciendo.

Habían acabado de pintar hace varios minutos y ahora estaban tendidos en el suelo mientras el omega seguía parloteando todos los recuerdos que se le venían a la mente al ver el viejo columpio. Aún faltaba darle una capa de pintura pero sus manos estaban hechas un desastre de pintura debido al infantil juego de mancharse entre sí. JiMin había acabado con la nariz pintada y YoonGi tenia los brazos repletos de la misma. Pero aún así, los dos compartían el sentimiento de paz que los había rodeado desde que empezaron a pintar.

Quizás fue el ambiente o el simple hecho de que había pasado un tiempo desde que se portaban como ellos mismos, que terminaron rodeados de un silencio tranquilo y con sonrisas persistentes en los labios.

JiMin parpadeo luchando consigo mismo y su deseo de voltear y recargarse sobre el cuerpo de YoonGi, algo que en el pasado era completamente natural ahora parecía algo incorrecto y eso estaba empezando a molestarle. Su omega se sacudió en su interior, pidiendo por al menos un pequeño roce y él, con su poca fuerza de voluntad terminó pareciendo nada disimulado cuando estiró sus manos al cielo y las dejó caer a los lados hasta que su mano izquierda terminó entre los cabellos del beta.

Sintió la mirada de YoonGi sobre él, intensa y profunda, pero aún así luchó por no voltear a verle y asi simular que fue un acto natural y sin trasfondo en el.

—¿Puedo acompañarte con las omegas crías?

La pregunta salió en un tono bajo, demasiado concentrado en el color rosa que empezaba a bañar las mejillas del omega mientras sentía su toque suave sobre sus cabellos.

—¿Por qué?

—No hay un porque, solo... quiero hacerlo.

JiMin suspiró profundamente y cerró sus ojos pensando en que Taehyung lo golpearía si se enteraba que estaba cayendo demasiado rápido, se supone que había entendido a la perfección los consejos de su amigo, esos en los que especificaba que debía hacer rogar al beta y por ende no ponerle las cosas fáciles, pero siendo sincero él nunca podría cumplir algo así teniendo en cuenta que YoonGi era su todo y que estaba demasiado enamorado como para no aprovechar cada momento que pudiese tenerlo cerca.

—Yo... esta bien.

YoonGi asintió, aunque aún no estaba satisfecho así que mirando de reojo al omega se arrastro solo un poco sobre el monte hasta que sus cuerpos estaban ligeramente pegados. Fue una minúscula mueca la que vió en JiMin, una pequeña sonrisa que fue escondida de inmediato, por lo que, tentando su suerte, tomó la mano que se mantenía en su cabello y la bajó hasta dejarla enredada con la suya.

—También... puedo ayudarte a cuidar a Baekyolie.

Iba a negarse, juraba que iba a hacerlo, pero la voz de la señora Min a lo lejos lo distrajo, junto con el roce suave que YoonGi dejó con su pulgar sobre la palma de su mano.

—Vamos.

Salió de su estupor cuando el beta se levantó de su lado y él titubeó, demasiado lento para caer en cuenta de que técnicamente había dado el permiso al beta de pasar a su lado durante varias horas.

—YoonGi yo no...

Pero ya no podía negarse, el mayor había huido antes de que lograra hacerlo.

[ 🥀 ]

Un silencio sepulcral invadía la mesa desde que JiMin y YoonGi habían llegado del jardín. Los señores Min habían tratado de llevar una conversación decente pata compartir pero luego de que solo ellos dos participaran de esta, el silencio volvió a visitarlos.

Flores en manos de YoonGi ; YoonMin/윤민 Where stories live. Discover now