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JiMin miraba sonriente a su mejor amigo. YoonGi había estado esperando mientras JiMin terminaba de cambiarse y no hacía falta decir lo aburrido que había estado.

Inevitablemente su vista recorrió el cuerpo del Omega, vestido con una camisa de seda blanca y un pantalón que dejaba en claro los atributos que poseía, JiMin era hermoso, no por nada pertenecía a Busán después de todo su belleza era tan diferente que hacía envidiar a quiénes carecían de ella.

—¿Nos vamos?

JiMin simplemente asintió y sonrió orgulloso de haberse robado una que otra mirada del beta. Ciertamente su vestimenta era destinada para deslumbrar al futuro líder de la manada del norte, pero para él no era más que una oportunidad para lucirse frente a YoonGi.

El camino fue corto hacía el lugar dónde siempre se reunían los líderes y quiénes llegaran a visitarlos, las mejores plantas adornaban la entrada al igual que los árboles que caracterizaban las tierras de Busán.

YoonGi tomó por instinto la mano del Omega cuando pasaron cerca de algunos alfas que resguardaban el lugar, se posicionó a su espalda y vió con mala cara a todo aquel que quisiera ver demás al Omega. Fue cuando las puertas de caoba se abrieron que decidió soltarse del agarre que JiMin había fortalecido.

Dentro, con un porte elegante y ropas costosas, les saludó un alfa de alto rango. YoonGi arrugó su ceño mientras le miró tomar la mano del Omega para saludar. El alfa se veía joven, quizás de su edad y con la altura suficiente como para hacerlo sentir inconforme con su propia altura.

—Park JiMin —escuchó al omega presentarse al volver de su escudriño hacia el alfa.

—Kang Junjo —se presentó de vuelta.

YoonGi miró la sonrisa pequeña en los labios del Omega, esa que siempre ponía al sentirse incómodo.

—Déjeme presentarle a mi mejor amigo —vociferó y atrayendo al beta del brazo lo posicionó a su lado— él es Min YoonGi.

El hombre le miró desde arriba y aunque YoonGi quiso apartar la mirada, se mantuvo firme mirándole de vuelta. Los alfas eran demasiado territoriales, lo sabía en el actuar de su padre para con su madre, se notaba en el extraño profundo que dejaban ver en sus ojos y fue en ese momento, mientras veía directamente a los ojos del alfa que notó una pizca de posesión en los ojos verdosos que poseía y notó como su mirada se movía de su mano posada sobre la espalda del omega hasta su rostro. Quiso reír irónicamente, porque el hombre estaba actuando como si JiMin le perteneciera, ¡Si quiera lo conocía!.

Bufó por lo bajo y terminó entrelazando sus dedos con los del menor.

—Eres un beta —habló de pronto, YoonGi pudo percibir cierto asombro en su tono de voz— serías toda una joya para Daegu —vociferó dando una mirada completa al beta— allí carecemos de betas varones, pero he decir que hay una que otra beta, son mujeres realmente bellas. Podría presentartelas.

Los ojos de YoonGi se abrieron ante la impresión, algo que no pasó desapercibido para el Omega.

JiMin bufó y jaló del beta en un acto instintivo de marcar territorio.

—No hace falta, —gruñó lo suficiente bajo como para que sólo el alfa le escuchase— YoonGi ya tiene ha alguien.

—¿Es así? —cuestionó con poca impresión— creí que en Busan no habían betas hembras además de una anciana.

—No es una beta —negó exaltandose, no pasando por alto la información que el alfa tenía acerca de las castas de su manada. YoonGi por su parte miró un tanto divertido el acto posesivo que el Omega estaba dejando ver y aunque debió pararlo, prefirió seguir siendo espectador— pero bueno, creo que nos hemos desviado del tema principal aquí.

Flores en manos de YoonGi ; YoonMin/윤민 Where stories live. Discover now