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Esa mañana el pueblo parecía haber despertado con todas las ansias del mundo. Desde temprano se escuchaba a los hombres andar por las calles y algunos que otros vendedores anunciar sus mercancías. Y JiMin no se había quedado atrás. Había despertado antes de que el sol saliera, dispuesto a ducharse y vestirse para visitar a los Omegas crías en el pueblo.

Habían pasado apenas tres días desde el nacimiento de su sobrino y desde entonces los demás nacimientos parecían haberse disparado para traer al mundo a los cachorros en conjunto.

Los cuidadores de flores y las Omegas crías habían empezado su labor y el pueblo festejaba que la manada estuviera creciendo, trayendo así a cachorros omegas y alfas.

Acomodó un sombrero en su cabeza que iba a juego con su camisa de mangas hasta los codos y se apresuró a salir de su habitación. Recorrió los pasillos hasta llegar a la habitación de su hermano y Baekhyun. Tocó un par de veces y escuchó al Omega invitarlo a pasar.

—Buen día —musitó, mirando con cariño a Baekhyun acariciar la cabecita de su cachorra— ¿Aún no despierta?

—No, lo hizo a mitad de la noche y fue toda una lucha lograr que se durmiera.

JiMin rió ante eso. Suponía que su hermano estaría igual o peor que el rostro ojeroso que Baekhyun mostraba.

—¿Puedo cargarla? —preguntó mientras se acomodaba en una de las esquinas de la cama.

Baekhyun asintió de inmediato y siendo cuidadoso tomó a la cachorrita para entregarla a los brazos del otro Omega.

JiMin sonrió en cuanto la tuvo en brazos, era una pequeña muy bonita y con mirarla una sola vez podía reconocer las facciones de su hermano en ella, un ejemplo de ello era al ver sus ojitos del tamaño que tenía su hermano, pequeños puntos redondos que se cerraban cuando abostezaba. Y que decir de las facciones de Baekhyun en ella, con sus labios finos y de un color rosaseo, además de esa nariz afilada tan bonita que Baekhyun tenía. Era como si se hubiesen tomado las mejores partes de cada uno para pintarlas sobre el rostro de la cachorrita. Su corazón se sintió cálido cuando la menor soltó un pequeño estornudo y sonrío mientras compartían con Baekhyun una mirada de cariño.

Luego de eso los minutos pasaron rápidos mientras compartían el desayuno hasta llegar al momento en tener que irse. Se despidió dejando un beso sobre la mejilla de la bebé y uno sobre la frente del Omega.

Así partió hacía la casa de las Omegas crías, solo esperaba que todo fuera bien y poder adaptarse rápido hacía el trabajo que debía hacerse.

—Señora Jeon —sonrió en cuanto la puerta fue abierta.

La mujer vestida tan pulcramente como siempre, le sonrío, permitiéndole el paso luego de estrujar su mejilla.

—Que bueno que llegas —dijo y lo dirigió hacía el interior de la casa— ha sido todo un desafío tener a más de dos cachorritos para cada una. Nos hacía falta una mano.

JiMin sonrío al pensar en ello y al abrir una de las puertas se encontró con al menos diez cunas agrupadas una al lado de la otra.

—Aqui tenemos a cuatro cachorros alfas —dijo— uno de ellos es hijo del señor Seo, no se si sabes pero fue uno de los que pidió a la luna ser padre soltero. Él perdió a su esposa en la invasión de aquellos alfas.

Él asintió. Claro que sabía de ello, después de todo el señor Seo era uno de los tantos alfas y Omegas que habían perdido su pareja en aquella guerra que se había formado para lograr tener el territorio de Busán libre y sin invasores.

—Estoy feliz de que lo logrará —murmuró— de verdad que la luna fue muy buena esta vez.

La señora Jeon sonrío asintiendo. Ese semestre la tasa de nacimientos había sido satisfactoria y tenía la esperanza en que en la próxima luna llena muchos lograrían formar su familia o aumentarla de igual manera.

Flores en manos de YoonGi ; YoonMin/윤민 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora