Flores en manos de YoonGi ; YoonMin/윤민

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Despertó con el sonido estridente de algo cayendo, sus ojos se abrieron sorprendidos y por inercia mandó su vista hacia el reloj en su mesita de noche. Las ocho de la mañana marcaban y entre su adormilado cerebro recordó todos los pendientes para ese día.

Estiró sus brazos y destenzo sus hombros. Su madre había sido específica en que debía estar puntual en la reunión que se llevaría ese día. Y aunque trató de safarse del compromiso, su madre fue astuta y se lo nego antes de que pudiera inventar una excusa. Él realmente quería ir con YoonGi a la casa del alfa Minho, pero sabía que no podría hacerlo siempre.

Ya se cumplía una semana desde que habían estado visitandolo y echándole una mano al descuidado jardín que él con su poca experiencia en flores, mantenía.

—Buenos días —saludó cortés e inclino su cabeza hacia los guardias que siempre custodiaban cada parte de la gran casa.

Caminó hasta el comedor y se topó de frente con la bonita escena de su hermano besando el abultado vientre de Baekhyun.

—JiMin —le saludó el Omega en cuanto lo vió— ¿Dormiste bien?

—Efectivamente, ¿Tú?

—Igual —sonrió y dió un golpecito a la cabeza de Chanyeol para que ya se alejara— la señora Park salió temprano pero dijo que estaría aquí lo más pronto posible para ir a la reunión.

—Si, algo así me había comentado —bufó y llenó su boca de la comida ya servida— aún creo que es innecesario que yo vaya.

—Es innecesario pero aún así debes ir —se burló Chanyeol, alejándose del Omega sólo para servirle un vaso de jugo.

—Tenía muchas cosas planeadas para hoy, es tan injusto.

Baekhyun se burló de sus quejas, él sabía que lo único que JiMin quería hacer era pasar pegado a Min YoonGi. Por alguna razon le recordaba tanto a él, cuando tenía quince y los sentimientos que semtia por Chanyeol habían crecido tanto que a veces se filtraba por las puertas de la casa de los líderes sólo para verlo de lejos practicando Tiro con arco.

—YoonGi esta en el jardín, —informó, una sonrisa se adueño de sus labios al ver la atención que el menor le dió de inmediato— puedes apresúrarte a desayunar y le llevas algo de comida, ha estado ahí desde temprano y creo que no ha probado bocado.

JiMin volteó su vista hacia el pasillo que llevaba hacia el jardín, y aunque tuvo la intención de correr hacía allí, se detuvo al escuchar la risa de su hermano. Carraspeó asintiendo. —¿Si? Lo veré después.

Chanyeol negó divertido y volvió a su desayuno.

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Con la tierra filtrándose por sus manos y manchando parcialmente sus rodillas fundadas en un pantalón de tela negra, YoonGi suspiró mirando la gardenia que se había mantenido tan fresca desde que la plantó.

—Deberías estar preparándote —masculló alzando su voz.

Sabía que desde hace unos minutos JiMin había estado observándolo, escondidos tras los girasoles.

—Ya estoy listo —escuchó que le respondía para luego oír el remover de algunas hojas y las pisadas del Omega— tú deberías desayunar.

—No tengo hambre —mintió.

La verdad es que había llegado más temprano de lo acostumbrado a cuidar la flor de Chanyeol y Baekhyun, quería terminar sus quehaceres para apresurarse a la casa del alfa Minho.

—No mientas —refunfuñó y el beta sintió el pequeño golpe sobre su omóplato— ahora lava tus manos y come.

Sin tener tiempo a negarse, JiMin le obligó a sostener la charola con comida, se balanceó en su lugar hasta que logró estabilizarse.