2 | James

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—¿Hemos llegado ya? —me pregunta Harper

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—¿Hemos llegado ya? —me pregunta Harper.

—Sí —digo deteniendo el coche en el aparcamiento.

Lleva con los ojos tapados con un pañuelo desde que subimos al coche. No va a ser ningún misterio donde nos encontramos porque en cuanto bajemos del coche va a escuchar el sonido del mar, pero me da igual, es un momento especial para los dos.

—¿James? —pregunta a mi lado.

Permanezco en silencio, salgo del coche para rodearlo y llegar a la puerta del copiloto.

Abro su puerta y tomo su mano para ayudarla a bajar del coche. Se tambalea un poco y se agarra a mi cuerpo para no caerse. Me gusta. Cierro la puerta y el coche, y la guío hasta la playa.

En cuanto sus pies tocan la arena se estremece.

—Escucho el mar.

—Silencio o nada de esto tendrá sentido.

Me alejo de ella un momento para colocar la manta sobre la arena y saco rápidamente de la cesta el aperitivo especial que he preparado junto a mi padre para ella. Tiene todas las cosas que le gustan, incluida una pizza casera, la especialidad de mi padre.

Regreso junto a ella y la guío hacia el mar. Pongo mis manos sobre sus ojos y ella automáticamente coloca sus manos sobre las mías.

—Sorpresa —susurro sobre su oído.

Apartó mis manos y el pañuelo a la vez. Harper tarda un tiempo en acostumbrarse a la luz, pero en cuanto ve la sorpresa que le he preparado puedo ver un brillo especial en sus ojos.

—¿Lo has preparado tú? —dice sorprendida—. No lo pregunto por nada en especial, es que no te tomaba por un chico que supiera cocinar.

—Aún tienes que conocer mucho de mí —digo con una sonrisa.

Nos acercamos a la manta y nos sentamos juntos. Le sirvo cerveza en un vaso y se lo ofrezco.

—Gracias.

No tardamos en devorar los aperitivos. Estaban buenísimos, la verdad es que mi padre y yo hemos hecho un buen trabajo.

—Si tuviera que quedarme con una cosa, sin duda me quedaría con la pizza. Estaba buenísima.

—He preparado todo menos eso —me rio—. Así que mi padre es un gran chef, ¿eh?

—Sin duda —se ríe—. Lo tuyo también estaba bueno, pero me falta el postre.

—No he traído na...

No me deja terminar. Harper empuja mi pecho con la mano, haciendo que mi cuerpo se tumbe completamente sobre la manta. Se coloca encima de mí, con las piernas colocadas a cada lado de mi cuerpo y acerca su boca a la mía.

Harper & JamesOù les histoires vivent. Découvrez maintenant