Harper Edwards nunca había imaginado que acabaría enamorándose de James Howard, pero las vacaciones de verano han sido muy largas y les ha permitido conocerse mejor. El problema es que ninguno de los dos se ha atrevido a admitir lo que siente el uno...
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Tengo la sensación de que desde que llegué a Detroit y nació Charlotte los días pasan como si nada. Ya han comenzado los exámenes finales y las vacaciones de verano están a la vuelta de la esquina.
Me ha sido muy difícil acudir a clase tanto como antes y he tenido muchos problemas a la hora de estudiar, porque aunque James y yo nos hemos organizado muy bien y él se ha quedado con la bebé cuando no ha tenido clase, Charlotte demandaba todo mi tiempo.
—No sabes el gran favor que me estás haciendo, muchas gracias de verdad —digo desde la puerta, observando como Madison abotona el último botón del body de Charlotte antes de tomarla en brazos.
—No tienes que agradecerme nada, estoy encantada de poder pasar el día con Charlotte.
—Lo sé... Pero James y yo nos habíamos organizado de una manera, no pensamos que iba a tener que recuperar dos asignaturas esta semana.
—No le des más vueltas, céntrate en tus exámenes y veras como todo va a ir bien. Charlotte y yo te esperaremos en el campus, así que nos vemos cuando salgas.
—Muchas gracias —le doy un abrazo, intentando no aplastar a mi pequeña, y cojo mis cosas de la entrada.
Salgo escopeteada hacia el campus y cuando llego, lo peor no es encontrar la clase donde es cada examen, lo peor es encontrar un hueco donde sentarse.
Los profesores nos reparten los exámenes y durante unas cuantas horas no hay ni una persona que levante la cabeza del papel. Aunque me imaginaba que iba a haber preguntas que no iba a poder responder, consigo concentrarme y salgo con una buena sensación de los exámenes que he tenido hoy.
No puedo evitar preocuparme y pensar en cómo le habrán ido los exámenes de recuperación a James. Le quedaron dos asignaturas, que eran las que se tuvo que dejar porque no le daba tiempo a estudiar, y ha estado toda la semana muy estresado por ello.
Me prometió que podría con todo, que podría estudiar y sacar buenas notas para que su padre estuviera orgulloso de él, que podría jugar al futbol y seguir siendo el mejor quarterback del mundo y que también tendría tiempo que dedicarnos a Charlotte y a mí.
Pero es imposible.
El día no tiene tantas horas y para conseguir todo eso ha pasado noches enteras sin dormir. Sé que no está pasando por un buen momento y es muy doloroso ver como día tras día la persona que más quieres se va apagando.
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