Harper Edwards nunca había imaginado que acabaría enamorándose de James Howard, pero las vacaciones de verano han sido muy largas y les ha permitido conocerse mejor. El problema es que ninguno de los dos se ha atrevido a admitir lo que siente el uno...
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Estoy muy nerviosa.
He quedado con Camila en una pequeña placeta que se encuentra dentro del campus, acordamos vernos ahí para irnos juntas a la cafetería, pero todavía no ha llegado. Miro de nuevo la hora que marca mi teléfono y compruebo que todavía es temprano.
—¡Harper! —Aparto rápidamente la mirada del teléfono y me tranquilizo cuando veo a Camila acercándose a mí. Está empujando un carrito de bebé negro, muy parecido al que compramos para Charlotte.
Me levanto sin pensarlo del banco y me acerco a ella para abrazarla. La última vez que nos vimos fue antes de que Charlotte y Ethan nacieran, lo hicieron con una semana de diferencia cada uno, y de eso ya han pasado dos meses.
—¿Qué tal estás?
—Estoy muy bien y por lo que veo tú también.
—Mejor que nunca —le respondo con una sonrisa.
Regresamos al banco, donde antes estaba sentada, y Camila coloca su carro junto al mío. Me hago a un lado y me asomo por encima para conocer a su bebé.
—No tengas miedo, puedes tomarlo en brazos —me comenta Camila, animándome a hacerlo para que pueda verlo mejor.
Asiento con la cabeza y con el mismo cuidado con el que tomo a Charlotte, coloco a Ethan entre mis brazos. Lo miro de arriba abajo y no puedo evitar sonreír al ver que tiene el cuerpo pequeñito y rechoncho como Charlotte, además tiene la piel aceitunada, como la de sus padres.
—Ethan es precioso, se parece mucho a Jorge y a ti.
—Nos lo dicen mucho —Se ríe y su mirada va directa a Charlotte—. ¿Puedo tomar yo a Charlotte?
—Claro.
Camila comienza a dar saltitos emocionada y se acerca al carro de Charlotte, la toma en brazos y comienza a jugar con ella, poniéndole caras graciosas.
—Deberíamos inmortalizar este momento.
Colocamos como podemos el teléfono en uno de los carros y las dos nos sentamos corriendo en el banco para salir en la foto. Hacemos varias y le mando a James en la que mejor hemos salido los cuatro. Camila en la foto sale preciosa y aunque nos conocemos desde hace poco, he comprobado que es una persona muy cariñosa.
La verdad tuve mucha suerte de conocerla, es la única amiga que tengo aquí en Detroit.
—¡Pero si se están mirando! —grita emocionada Camila, al ver que en la foto Charlotte y Ethan no se quitan la mirada el uno del otro.
—Quien sabe, tal vez en un futuro puedan llegar a ser buenos amigos —comento, porque es verdad, me gustaría que Charlotte creciera junto a un amigo.
A Camila se le ilumina la mirada.
—Estoy segura de que lo serán —se ríe—. Por cierto, ¿la cafetería está muy lejos de aquí?
