30 | Harper

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Ya he cumplido las 28 semanas de embarazo y en mi última revisión me recomendaron acudir a clases de preparación al parto con James, ya que los dos vamos a ser padres primerizos y nos darán consejos que nos serán muy útiles el día del parto y a la...

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Ya he cumplido las 28 semanas de embarazo y en mi última revisión me recomendaron acudir a clases de preparación al parto con James, ya que los dos vamos a ser padres primerizos y nos darán consejos que nos serán muy útiles el día del parto y a la hora de cuidar al bebé.

Al salir de casa nos hemos mentalizado de que seguramente íbamos a ser la pareja más joven que asistiría a las clases y efectivamente, todas las parejas son mayores que nosotros y sus miradas recaen sobre nosotros. Algunos nos miran con curiosidad y otros nos miran con desdén.

Nos colocamos al fondo de la clase, donde la fila de esterillas está completamente libre, y dejamos nuestras cosas a un lado. Estamos un poco apartados de los demás, pero preferíamos tener un poco más de intimidad y alejarnos de las miradas de las demás parejas.

—¿Estáis todos listos? —Nos pregunta la mujer que supongo que impartirá las clases—. Empezaremos en dos minutos con la teoría, mientras podéis poneos cómodos en las esterillas.

La puerta del local se abre a nuestras espaldas y para nuestra sorpresa, aparece una pareja joven. Suspiro aliviada al ver que se colocan en una esterilla a nuestro lado. Nos saludamos y hacemos el amago de hablar entre nosotros, pero empieza la clase y no podemos comenzar una conversación.

Tras unos cuantos ejercicios de relajación, nos levantamos y nos dirigimos a los cambiadores. James y yo nos colocamos enfrente de uno de los muñecos y escuchamos las indicaciones que nos da la matrona.

—No puede ser tan difícil —dice James, quitándole importancia.

Coge un pañal de la cesta y empieza a ponérselo al muñeco. Intento aguantarme la risa, pero no puedo evitar reírme cuando veo como se lo ha colocado. Es un desastre.

—¿Está bien colocado?

Niego con la cabeza y le enseño a hacerlo bien.

—Pues no, no estaba bien. ¿Desde cuándo te has vuelto una experta en pañales?

Encojo mis hombros y le muestro el muñeco con el pañal colocado.

—He estado practicando en casa.

James intenta hacerlo otra vez y le coloca el pañal al revés.

—¿Problemas con el pañal? —James y yo nos damos la vuelta y miramos al otro chico joven de la clase—. A mí me costó al principio en las primeras clases...

—Pero ahora lo tiene dominado —Comenta su acompañante.

Cuando han entrado en la clase no he podido fijarme bien en ellos, pero más o menos tienen que tener nuestra edad. Además, ella tiene que estar de unas 29 semanas más o menos.

—Yo me llamo Camila y él es mi esposo, Jorge.

—Encantado de conoceros —Responde él, después estrecha su mano con la de James y a mí me da dos besos.

Harper & JamesWhere stories live. Discover now