10 | Harper

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Entro con paso ligero en la farmacia y me dirijo directamente al mostrador

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Entro con paso ligero en la farmacia y me dirijo directamente al mostrador. En cuanto el dependiente de la tienda se da la vuelta para atenderme, mis manos comienzan a temblar por los nervios y ni siquiera sé por qué lo estoy. Estar aquí, parada en una farmacia, es algo normal.

—¿Qué es lo que necesitas?

Abro la boca para hablar, pero lo único que hago es tartamudear y el chico no entiende bien lo que necesito.

—Un test —digo tras varios intentos.

—¿Qué tipo de test? Tenemos muchos, por lo que necesito que seas un poco más específica.

—Un test... ¡Un test de embarazo! —digo ya presa del pánico.

—Vale... —Se da media vuelta y saca una pequeña caja de uno de los cajones que hay a su espalda. Abro los ojos asustada cuando la pone en el mostrador, enfrente de mí—. Son diez dólares.

Dejo el dinero en el mostrador y cojo la caja, la meto rápidamente dentro de mi bolso y salgo apresuradamente de allí. Necesito llegar cuanto antes a casa y resolver todo esto.

Kalie está en el trabajo así que aprovecho la soledad que reina en el piso para encerrarme en el baño. Llamo a mis amigas y me siento un poco más aliviada cuando las dos aparecen en la pantalla.

—¡Te echamos mucho de menos! ¿Qué tal tus primeros días de clase?

—Bien, me voy adaptando.

—Nos alegramos muchísimo por ti Harper, sabemos que estás cumpliendo tu sueño de vivir en la ciudad donde se conocieron tus abuelos. Sabemos el cariño que les tenías y es admirable que quieras seguir el mismo camino que tu abuelo.

Me sorprende que Madison se acuerde de eso. Se lo conté hace mucho tiempo y no recuerdo haberlo nombrado recientemente.

—Sí, pero no es por eso por lo que os he llamado.

Me siento en el váter y apoyo el teléfono en el lavabo. Abro el bolso y les muestro la caja.

—¿Qué es? —Erika se acerca a la pantalla y lee lo que pone en la caja—. Test de embarazo, resultados eficaces en cuatro minutos. ¿Por qué has comprado eso?

La miro incrédula.

—Lo he comprado para darle vueltas al café. ¡Erika, por dios, para que crees que lo he comprado!

Madison comienza a reírse, pero se detiene al ver la gravedad del asunto.

—Harper, ¿crees que puedes estar embarazada?

—Tengo un retraso de una semana y media y sabéis que eso no es normal en mí.

—¡A qué esperas para hacerte la prueba! —dice desesperada Erika, ganándose que Madison la fulmine con la mirada—. ¿Qué? —La mira y encoje los hombros—. Quiero salir de dudas.

Harper & JamesWhere stories live. Discover now