28 | James

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Detengo mi nuevo coche enfrente de la pastelería y bajo apresuradamente para entrar en la tienda, por suerte no ha cerrado todavía

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Detengo mi nuevo coche enfrente de la pastelería y bajo apresuradamente para entrar en la tienda, por suerte no ha cerrado todavía.

Había quedado con Harper en que yo me encargaría de recoger el pastel para la fiesta de esta noche, pero hoy ha sido mi último día de clase, antes de las vacaciones de navidad, y el entrenador nos ha tenido más tiempo en el campo del que debería.

—Estamos a punto de cerrar —Comenta la dependienta en cuanto me ve entrar.

—No necesito mucho tiempo —Le respondo, casi sin aire—. He encargado un pastel.

—Ya pensábamos que no vendrías —dice, antes de darse media vuelta y acercarse a la nevera donde tiene varios pasteles refrigerados. Coge el mío y lo mete en una caja de cartón naranja.

Le doy el dinero y salgo de la tienda a la misma velocidad a la que he entrado. Agradezco que mi padre me haya ayudado a comprar un coche, concretamente un SUV blanco, porque lo vamos a necesitar mucho a partir de ahora.

Conduzco de vuelta a casa y aparco el coche a unas calles de distancia, porque nuestra casa seguramente ya esté llena de todos nuestros amigos y no habrá ningún hueco donde aparcar.

Queríamos reunirnos todos antes de las vacaciones de navidad y que mejor que enseñarles nuestra nueva casa y desvelar con ellos el sexo de nuestro bebé.

Cojo la caja, del asiento del copiloto, y camino directo a la puerta de casa. Nada más abrirla, me encuentro con mi amigo Thomas. Salgo corriendo hacia él y lo abrazo con todas mis fuerzas. Llevo tanto tiempo sin verle que no me preocupa que el pastel se caiga al suelo.

Bueno sí, porque Harper me mataría.

—Hay muchas novedades desde la última vez que nos vimos por lo que veo —dice Thomas, desviando la mirada hacia el interior del salón donde está Harper hablando con Madison y Erika.

Harper se ha arreglado con un vestido blanco suelto, que deja sus hombros al aire y deja ver sutilmente su barriga. Ha cumplido los cuatro meses de embarazo y cada día está más hermosa.

—No te hagas el sorprendido, ya lo sabías —Golpeo su hombro con suavidad.

Dylan sale de la cocina con tres cervezas en la mano y nos tira una a cada uno. Cojo la mía con un poco de dificultad, ya que tengo la otra mano ocupada, y Dylan me quita la caja para chocar nuestros puños.

—¿Nervioso? —me pregunta rodeando mi cuello con su brazo y guiándome hasta el salón.

—No sabes cuánto.

Me detengo a saludar a los amigos de Harper. Kalie, Lía y Darren han venido desde Boston y vamos a hacer un pequeño apaño para que puedan dormir los tres en nuestro salón esta noche.

—Ya has llegado —me dice Harper y se acerca a mí para darme un beso.

—Tengo el pastel —Comento señalando a Dylan.

Harper & JamesWhere stories live. Discover now