33 | Diary of Hidden Creek #3

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—¿Te has enterado? —Mía y Ocean me sorprendieron, dejándose caer en mi cama

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—¿Te has enterado? —Mía y Ocean me sorprendieron, dejándose caer en mi cama. Aparté la mirada del teléfono un momento para prestarles atención, porque seguramente traían una noticia interesante—. Esta noche han organizado una fiesta en el bosque, de la cual Crystal no puede enterarse. Por suerte Patrick nos va a ayudar a distraerla.

—¿Y por qué lo haría? También es monitor jefe.

—Él no es tan aburrido como Crystal. Además, él se hará cargo de conseguirnos el alcohol.

Muy responsable Patrick, me encanta.

—Oye —le di un toque de atención. Mi tía podía ser muy aburrida, pero se había preocupado por mí mucho más incluso que mi madre.

—No aceptamos un no por respuesta, así que, vístete y nos vemos en la hoguera en diez minutos.

Las miré de arriba abajo y confirmé que ellas ya están arregladas para la fiesta. Ocean llevaba un top negro floreado y unos vaqueros cortos de color blanco. Mía optó por una camiseta negra con dibujos y unos vaqueros cortos ajustados azules.

No había tenido noticias de Sam desde hacía una hora que se había marchado de la cabaña, supongo que para arreglarse.

—Solo necesito cinco —les dije.

Las dos se acercaron a darme un beso en la mejilla y salieron de la cabaña a toda prisa. No sé cómo pero en apenas tres días que llevaba con ellas, les había cogido un cariño especial y si íbamos a pasar un mes entero juntas que mejor que llevándonos bien.

Como les dije a las chicas, tardé cinco minutos en arreglarme. Me puse un vestido gris, sencillo y ajustado, que me llegaba más o menos por encima de los muslos. De la maleta saqué unas zapatillas y me las puse rápidamente.

Me reuní con ellas en la hoguera y nos dirigimos al bosque.

Al principio pensamos que alguien se había inventado lo de la fiesta porque no escuchábamos nada más allá del ruido de la noche, pero descartamos esa idea en cuanto comenzamos a escuchar la música y nos encontramos con un montón de campistas con vasos rojos de plástico en la mano.

—Patrick es un genio.

Ocean y Sam se ofrecieron a traer las cervezas, así que Mía y yo nos pusimos a bailar al son de la música. Estaba disfrutando de mi canción favorita, cantándola a todo pulmón, cuando sentí que alguien me tomaba de la mano y me hacía girar hasta quedarme atrapaba entre sus brazos.

—Tengo ese vestido grabado en mi mente y estaba deseando verte con él puesto —Me susurró en el oído, para que solo yo pudiera escucharle—. Me estás volviendo loco.

Le di un pequeño empujón y conseguí apartarlo de mí. Di media vuelta y me adentré un poco más en el bosque, para alejarnos de la gente y el ruido.

—Me apuesto lo que sea a que adivino de qué color es tu ropa interior —dijo, medio en broma medio en serio.

—-¿No decías que no habías abierto mi maleta?

Harper & JamesWhere stories live. Discover now