Harper Edwards nunca había imaginado que acabaría enamorándose de James Howard, pero las vacaciones de verano han sido muy largas y les ha permitido conocerse mejor. El problema es que ninguno de los dos se ha atrevido a admitir lo que siente el uno...
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Todo el mundo en la fiesta se lo está pasando bien, incluso Kalie. No le ha parecido buena idea que invitara a Tony sin avisarla, pero, ¿qué podía hacer yo? Me pillo subiendo las escaleras hasta nuestro piso, con el disfraz de animadora en la mano, y se me escapo lo de la fiesta.
—Voy a rellenarme el vaso —aviso a James, moviendo el vaso vacío en el aire.
—Vale, te acompaño.
Entramos en la cocina y me acerco al grifo para rellenar mi vaso con agua. De pronto, siento como unas manos fuertes rodean mi cintura y me hacen dar media vuelta. James posa sus labios en mi cuello, haciéndome cosquillas, y no puedo evitar soltar una carcajada.
—¿Estás bien? —me rio.
James asiente, con su boca todavía pegada a mi cuello, rodea mis muslos con sus manos y me alza hasta quedar sentada en la encimera.
—¿Lo estás tú? —Me pregunta jugando con la falda de mi disfraz. Mete su mano entre mis muslos y la detengo antes de que avance más.
—Nunca diría que no a esto, pero teniendo en cuenta que el piso está lleno de gente y que esta es la zona más transitada, no me la jugaría.
James se aparta un poco y suspira molesto.
—¡Harper! —Me llama Lía, entrando en la cocina, seguida por su hermano.
Ambos dirigen su mirada haciaJames y luego hacia mí.
—¿Interrumpimos algo?
Niego rápidamente con la cabeza.
—Chicos, os presento a James, mi... —No puedo continuar, porque todavía no hemos tenido la conversación de en qué punto está nuestra relación.
—Soy su novio —Termina James por mí. Se acerca a Darren y ambos estrechan sus manos. Lía le da un abrazo y cuando se separa de él, se acerca rápidamente a mí.
—Que calladito te lo tenías —De un impulso se sienta a mi lado en la encimera.
—Te lo iba a decir, sobre todo porque tengo algo más que contarte...
—No puede ser —dice James, a nuestro lado, interrumpiéndome.
Sigo su mirada hasta el salón, donde Kalie está besándose con un chico, pero no con un chico cualquiera. Hasta que no se giran no puedo ver que es Brandon, pero me imaginaba que era él incluso estando de espaldas.
—No pierde el tiempo —se ríe James.
—Esto no es bueno —digo, al acordarme de que Tony está en la fiesta.
Salgo de la cocina y encuentro a Tony apoyado en una de las paredes del salón, los está observando con la mirada llena de rabia y rápidamente desciendo mi mirada hasta sus puños, los tiene apretados.
Se lo que va a pasar a continuación, así que me acerco rápidamente a él.
—No montes una escena de celos, por favor. Esa no es la manera de demostrarle que has cambiado.
