19

25 4 16
                                    

Desperté con un hormigueo en mi brazo, alguien rozando sus dedos por mi piel, sentía la piel de gallina. Al levantar la vista ví el rostro de Neal, tenía una estúpida sonrisa, como la de un niño que consigue lo que quiere, con picardía.

-Buenos días, señorita, -rapidamente beso mi frente- no quería desperté, pero no pude evitarlo.
-Que haces aquí? -dije estúpidamente, la sonrisa traviesa de Neal estaba respondiendo mi pregunta- Olvídalo.
-Esta bien, -suspiró, su sonrisa seguía igual- no tuve tiempo de hacer el desayuno, no me quería despegar de tu lado... Hace mucho... Parecía un sueño, y no quería...
-Arruinarlo?.
-De hecho, romperlo... Nunca olvide tu rostro al dormir, pero mis recuerdos no le hacen justicia a tu belleza, -acarició mi mejilla- nada te hace justicia, tus besos, tu voz, tu rostro.
-Me acercó a el- Que hora es? No quiero llegar tarde.
-No llegas tarde, olvidas que hoy es tu día de descanso, no tienes que ir a ningún lugar -me beso, apretó suavemente mi cuerpo con el suyo-.
-Pareces un sueño... He alucinado tantas veces con volverte a ver... -Toqué su mejilla-.
-Bueno... Creo que el destino nos está dando una segunda oportunidad...

Paso alrededor de 3 horas... Y la mayor parte del tiempo habíamos estado en la cama, intenté no ser tan negativa, pensar en el futuro, en como esto me iba a afectar a largo plazo, pero tomé esos pensamientos y los mandé la diablo.

-Oye... Sigue abierto ese autocinema por las tardes?.
-Sí, porque? -baje mi libro, al mirar su mirada sabía lo que tramaba- Estás loco! Claro que no vas a salir de esta casa.
-Oh vamos, que es la vida sin algo de peligro -se sentó a lado de mi, tomó mi libro y lo dejó en la mesa de cristal-.
-Eres idiota? -lo empujé un poco- Que parte de "quédate en casa" no entiendes? Estas acá para que no te encuentren.
-Oye, no le hagas caso a Kate, está exagerando un poco.
-Neal, jamás habrías vuelto a Nueva York de no haber sido está situación, claramente no está exagerando -le dí otro golpe en el pecho-.
-Eres demaciado inteligente, no? -en un movimiento rápido tomo mis muñecas con suavidad y las coloco arriba de mi cabeza- Sabes, me encanta verte enojada.
-Ah si? Pues yo no -lo miré, intenté soltar mis muñecas-.
-Con su mano libre acaricio mi mejilla- Vamos al autocinema, es la hora de la comida, nadie va a estar, puedo esconderme.
-Neal, te van a ver -sentí como levantó mi barbilla para poder besar mi cuello-.
-Estas segura? No existe una forma de convencerte? -bajo sus besos, sin soltar mis muñecas, me acerco a el y mordía mi piel- Porque estoy seguro que existe una forma para negociar...
-Desabotonó mi camisa- Neal, no todo lo puedes tener...
-Yo te escucho jadear... -metío su mano libre en mi short y rozó sus dedos en mi ropa interior- Sigues igual de segura?.

Heche la cabeza atrás, no podía con sus malditos encantos, en segundos escuché como alguien todo la puerta, la cara de Neal fue entre exitacion de que alguien pudiera entrar y vernos, junto a la adrenalina.

-Voy... -tartamudee un poco- Muévete Neal -susurré-.
-Soltó una risa baja- Me voy a meter en el armario... Pero... -se levantó, luego tomo mi cintura y me besó tan fuerte que podía jurar que mis labios iban a explotar, luego mordió mi labio-.
-Me quedé sin señal unos segundos, luego escuché como volvieron a tocar- Voy! -me acomodé mi ropa y mire al alrededor, camine a la puerta y la abrí-.
-Hola... -pasó a la habitación como de costumbre- Porque tenía seguro la puerta?.
-Por privacidad Mozzie, que tienes ahí? -señale el paquete que tenía en sus manos-.
-No lo sé -dijo casual, a lo que le hice una mirada confusa-.
-Tienes en tus manos un paquete del cual no sabes que contiene?.
-Sí, -lo dejo en mi mesa y tomo una copa de vino- me lo dió June abajo, supuestamente es para tí, me pidió que te lo diera.
-Ok, está bien... Que demonios? Mozzie, porque estás abriendo mi vino? -camine a él y le quite la botella-.
-Me iba a servir una copa, da! -me la quito y se sirvió, solamente solté un suspiro- Esta todo un poco más ordenado que la última vez que vine.
-Si bueno, hoy es mi día de descanso... Me puse a hacer cosas -me senté en una silla-.
-Entonces... Estamos bien?
-Sentí como me pasaba una corriente por el cuerpo- Sí... Estamos bien.
-Me alegro... -termino la copa de un trago y la dejó en el lavabo- Mañana tengo un juego de ajedrez, no sé si te interesará venir...
-Lo podemos dejar para otro día? Talvez... Para el domingo? Tengo planes mañana.
-Ah si... -sonó sorprendido- Que tiene que hacer? Tienes una cita?.
-No, no, no... Solamente estar conmigo, trabajar, ordenar la casa, lavar ropa...
-Esa es tu cita? Hacer quehaceres como Cenicienta? -suspiró- Yo tengo mejores planes que tú, en cualquier día.
-Eso porque tú no tienes que hacerlo, le pagas a alguien que te ayuda -reí-.
-Claro, porque desperdiciaría mi tiempo en eso, soy demasiado joven.
-Reí- Está bien, nos vemos luego.

Luego de darnos un abrazo corto se fue, luego de unos segundos abrió la puerta Neal.

-Tu mejor excusa fue el quehacer? De verdad, hubiera sido mejor que le hubieras inventado que tenías una cita con alguien.
-Habría sabido que era mentira, el sabe que después de ti no ha habido nadie en un largo tiempo, -me acerque a la mesa y tomé el paquete-.
-Pediste algo? -yo negué-.

Tomé la caja, era una caja pequeña, la abrí y dentro tenía otra caja más pequeña, eran cartas de Kate, también fotos de nosotros, nos dijo que teníamos que tener más cuidado, básicamente nos estaba espiando.

-No puedo creer que ya te estás volviendo loca Kate...

Puntos Suspensivos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora