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Estaba en las calles de Francia otra vez, buscaba pistas, algo con que trabajar, me quedaba sin ideas, en un momento de locura fui a una librería, Neal hablaba de esta...

Estábamos sentados viendo la televisión, mis piernas estaban en sus piernas, mi cabeza recargada en su hombro, entrelazados de la mano... Estiré mi mano y tome mi vaso con agua, le di un trago, luego lo volví a dejar en su lugar, el solo me miraba.

-Que? -reí- La televisión esta al frente -me acurruqué a su lado-.
-Me gusta mirarte -acarició con su dedo la palma de mi mano-.
-Señor romántico pare -dije acercándome a su rostro-.
-Sabes... -sonrío- Existe una librería en Francia, muy linda, quiero comprar un libro...
-Un libro? Cuál? -recosté mi cabeza en su hombro-.
-Romeo y Julieta, el décimo libro.
-Porqué? Eso es muy específico, -mire su rostro- que tienes pensado, Caffrey...
-Nada, -soltó una risita- solo es algo que quiero hacer... Contigo -bajo un poco la mirada-.
-Neal, eres absolutamente cursi -sonreí y bese su mejilla-.
-Y tu muy pegajosa, -me pego a su cuerpo- eso me gusta... -miro mis ojos-.
-Ah si? -reí y lo besé-.

Ese recuerdo erizo mi piel, camine a la librería y busque el libro en versión de bolsillo, la décima edición no tenía nada, busque la edición normal, tampoco había nada, busque la edición especial, estaba aparentemente sellada, pero se veía algo raro, compré el libro, lo guarde en mi bolsa y camine a mi hotel.
Estaba a 1 cuadra y media, estaba caminando, sentí como una motocicleta paso a mi lado, la persona que estaba detrás tomo mi bolsa, saco el libro y tiro mi bolsa, corrí lo mejor que pude, al tiempo que saque mi arma ya no había nada ni nadie, no tenía placas, estaban vestidos de negro, tome mi bolsa y solté un gemido, entre al hotel y le informe a mis contactos lo que necesitaba.
Tome mi ropa para bañarme, en ese instante una idea loca vino a mi mente, Neal no va a dejar que algo malo me pase, no es por egocéntrica, por algo me estaba observando en el puesto, me está cuidando, no va a dejarme hacer idioteces...

Salí disparada al bar, el que estaba en el living, entre con un vestido negro, unos tacones, solo con un labial rojo, me acerque a la barra y pedí una margarita, la estaba tomando mientras observaba a los hombres, Neal sabía que ya sabía que lo había visto, pero no creo que sepa lo que hace. Tome 3 margaritas, luego un hombre vestido con una camisa azul celeste fajada con un pantalón de vestir claro, se veía bien, rubio dorado con ojos verdes.

-Hola -se sentó a mi lado-.
-Hola -sonreí- como te llamas?.
-James -extendío su mano, la recibí y la beso- como te llamas?.
-Un gusto James, -sonreí- dime... Cómo crees que me llamo? -dije coqueta-.
-Podría decir... Samantha, pero cualquier nombre sería sexy en ti -dijo en mi oreja-.
-Reí- Bueno... Creo que nos entendemos bastante bien...
-Que haces en Francia?.
-Bueno... Busco trabajo -le dí un trago a mi bebida-.
-Ah si? Que buscas? -dejo su brazo en el recarga brazo, se acercó más-.
-Algo relacionado con los periódicos... -me gire- Y James? Que haces en la ciudad del amor?.
-Bueno... Unos amigos venimos de intercambio, estoy estudiando una segunda carrera, fotografía.
-Wow impresionante, me permites invitarte un trago por estás buenas noticias -sonreí y jugué con mi cabello-.
-Solo si tú me permites invitarte otro -se acercó un poco más-.
-Bueno... Eso suena a un trato.

Puntos Suspensivos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora