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-Me encanta estar con ustedes, pero debo trabajar mañana -se levantó Eve-.
-Si, nos vemos -dejó un par de billetes sobre la mesa y se levantó Diana-.
-Yo también, no quiero llegar tarde a casa -dejó un billete sobre la mesa Jones-.
-Esta bien, nos vemos.
-Fue un placer volver a verte -me abrazó Eve-.
-Igual, cuida a Diana -le dije en su oído-.
-Lo hago, -nos separamos- nos vemos, Ian.
-Claro, cuídense -lo dijo en general-.
-Nos vemos mañana -se despido de la mano de Ian y un beso en la mejilla conmigo-.
-Adios -me despedí con la mano y terminé mi bebida-.
-Vas a ir a casa? -me miró-.
-No sé, en algún lugar debo dormir -sonreí-.
-Eres menos seca con alcohol en el cuerpo -sonreía-.
-Y? Sigo siendo tu jefa, respetame.
-Eso hago, jefa.
-Y tu? Irás a casa? -jugue con el sorbete-.
-Si, debemos trabajar mañana -me dió un par de golpes en la mano-.
-Esta bien -suspiré-.
-Una pregunta.
-Que?.
-El escritorio que no se toca era de Neal?...
-Si, es su escritorio...
-Te gustaba mucho? -me buscó la mirada-.
-Que haya bebido alcohol no significa que este idiota -lo miré-.
-Jajaja lo pregunto enserio... Te gustaba?.
-Es inapropiada está conversación -saqué un par de billetes-.
-Esta bien, no te quería incómodar...
-Si... Me gustaba, mucho -suspiré-.

Pase una mano por mi cabello, tomé el dinero de la mesa y caminé hacia Nick. Ya no había tanta gente, se veía más relajado. Me senté en la barra y puso sus brazos sobre está mientras me miraba atentamente.

-Estas borracha? -me dió una sonrisa-.
-Sabes que no. -reí y le dejé el dinero en la barra- Cobra parejo, lo demás es tu propina.
-Segura?.
-Claro que si, trabajas muy duro -puse una mano sobre su mano-.
-Ve a dormir -se acercó y lo dijo cerca de mi rostro-.
-Buenas noches -puse una mano en su hombro y dejé un beso en su mejilla-.
-Promete que me visitarás más seguido -tomó mi barbilla-.
-Hice muchas promesas este día -sonreí y me levanté del asiento-.
-Buenas noches, hermosa.
-Buenas noches, Nick. -me giré y estaba Ian con mi bolso en sus manos abriéndome la puerta- Mi bolso.
-Lo dejaste en la mesa luego de tomar el dinero -salimos-.
-Mierda... Lo siento -estiré mi mano-.
-Vamos -tomó mi mano y empezamos a caminar-.
-Que haces? Mi bolso, no tu mano -lo solté-.
-Lo sé, mi auto está en la oficina, debemos ir -seguío caminado-.
-Que? No, iré en taxi -lo seguí-.
-Sabes, en narcóticos era muy común que drogarán a las mujeres en taxis, no confío en ellos.
-Que? -lo alcance y puse una mano en su brazo- Ian, que lindo gesto, pero quiero ir a casa.
-Claro, yo te llevo -puso una mano sobre mis hombros y empezó a caminar-.
-Ian, no tengo tiempo para pedirte mi bolso, solo dámelo -suspiré-.
-Eres mi jefa, quiero saber que vas a llegar sana y salva a casa.
-Lo voy a estar, dame mi bolso.
-En narcóticos ví a muchas mujeres violadas y asesinadas en un momento vulnerable, no me gusta la idea que vayas sola.
-Ian, todo el tiempo vivo con el miedo que algo así me pase, me puedo defender sola, no es la primera vez que vuelvo a casa después de unos tragos -giramos la calle-.
-Lo sé, solo quiero estar seguro, por favor -paramos y me miró-.
-Suspiré y extendí mi mano, me dio mi bolso, pase una mano por mi cabello- Está bien, puedes llevarme.
-Gracias -pasó su brazo por mis hombros-.
-No es necesario que me toques -quité su mano-.
-Mas adelante hay un grupo de borrachos, no quiero...
-Ian, tengo un arma, puedo defenderme -caminamos-.

Pasamos por un grupo de borrachos, me dijeron cosas obscenas y me chiflaron. Caminamos hasta el auto de Ian. Un BMW negro de cuatro puertas. Me abrió la puerta y entre.

-A donde voy? -se abrochó el cinturón-.
-Yo te dirijo... Que bien huele -imite su acción-.
-Ah? De verdad?.
-Si, que ambientador es?.
-Es mi perfume.
-Ah... Huele bien... -miré por la ventana-.
-Te gusta? -miré su sonrisa burlona-.
-Soy tu jefa, para.
-Jajaja lo que usted me diga, jefa.

Le dí las instrucciones hasta llegar a casa. La temperatura estaba bastante baja, sentía mi nariz fría y mis manos. Había algunos copos de nieve que caían del cielo, las escaleras empezaban a tener una capa blanca de nueve. Mire mi casa.

-Es aquí, gracias -me quité el cinturón-.
-Espera... -salio del auto hasta llegar a mi puerta y abrirla- Ahora.
-Podia bajarme sola, -salí- gracias.
-Te acompaño a la puerta -cerró la puerta-.
-Ian, son menos de 4 metros, voy a estar bien -le dí unos golpecitos en su hombro, dí unos pasos cuando el me tomó de la muñeca suavemente-.
-Insisto -puso mi mano sobre su brazo y caminamos-.
-Estoy empezando a sospechar que debería cuidarme de ti -saqué las llaves de mi bolso-.
-Jamas, solo si me lo pides? -sonó coqueto-.
-Soy tu jefa, es poco profesional -abrí la puerta-.
-Nadie debe enterarse. -reí bajo- Espera... Acabas de reírte? De algo que yo dije?.
-Por que luces tan sorprendido, puedo reír -abrí la puerta-.
-Nunca de algo que yo dije.
-Llevas menos de una semana aquí, calma -apoyé mi cabeza en el marco-.
-Si, lo sé... Solo que no entiendo tu distancia conmigo -me miró directo a los ojos-.
-Eres el nuevo, es normal que haya distancia, no te conozco.
-No, está distancia es diferente...
-Diferente? -me quité la gabardina-.
-Si, como si no quisieras abriste, a nadie.
-Me quedé helada, mirando a un punto muerto, luego volví a ver a Ian- Tienes lindos ojos, sería una lástima que mañana los tuvieras rojos y con ojeras, buenas noches.

Sin más cerré la puerta sin esperar una respuesta, recargue mi espalda en la pared y suspiré. Subí las escaleras y abrí la puerta. Neal recargado en la barra de la cocina, me miró.

-Hola.
-Hola, -dejé mi gabardina y mi bolso- voy a ponerme la pijama.
-Quien era el? Lo escuché.
-Ah... Un nuevo compañero, lo trasladaron -caminé al armario-.
-No sabía de él...
-Bueno... Es porque no te había dicho -abrí un cajón y saqué una pijama-.
-Y... Por que? -me siguió hasta el armario-.
-Emm... Porque no había tenido la oportunidad... -me bajé la falda-.
-Viniste con el... Y Diana?.
-Se fueron más temprano Diana y su novia, al igual que Jones -me quedé en ropa interior y me puse mi pijama-.
-Bebiste?...
-Fuí a un bar, claro que bebí -lo miré obvia-.
-Y el?...
-Me quieres decir que quieres preguntar directamente... -caminé a el y puse un dedo en su pecho- No me besé con el, no me acosté con el, no nos tocamos ni un cabello.
-Solo... Estás distante...
-Distante? -solté una risa irónica- Tu pregunta es por qué estoy así? Te diré, aunque tú ya sabes.
-Que?...
-Te vi, besando a Kate.

Puntos Suspensivos.Onde as histórias ganham vida. Descobre agora