Sólo uvas

4.5K 582 269
                                    

Narra Rusia

Estoy en la habitación que Francia me dio, doy vueltas desesperadas de un lado a otro con los labios apretados, ¿Cómo que análisis?, ¿De quién fue esa idea tan estúpida? Maldita sea, tengo que encontrar la forma de salir de esto y rápido.

—¡Rusia!—Escucho la voz de México proveniente desde abajo—Ya está la cena, ya puedes bajar.

—Eh...—Y también tengo que encontrar la forma de salir de esto otro—¡Sí!—Le grito de vuelta—¡Voy!.

¿Qué hago?, ¿Qué hago? No soy bueno mintiendo, ¡Ya sé! Bajo las escaleras cautelosamente, me llega el olor de la comida que se hace más intenso conforme me voy acercando, huele como a… Grasa, es asqueroso. Entro a la cocina y ahí está México con dos platos en la mano.

—Ya está todo en la mesa—Me dice mientras camina, lo sigo—Nomás faltaba esto. Le dije al francés que ya despertaste y me dijo que se va a tardar un poquito más porque no le quieren dar tus cosas si no entrega tu llave de la habitación así que está esperando a ONU para que le ayude a resolverlo, dice que tiene un semblante más confiable y que posiblemente así sí se las den. Y mañana cuando sea hora de ir por los resultados hay que entregar la llave. En fin, el chiste es que vamos a cenar solos, solines, solitos.

—Claro.—Me siento en el comedor.

México está frente a mí con un plato en la mano, está sirviendo ensalada en el plato, por un lado pone la pechuga rellena y me lo da, veo la pechuga, la cubrió con tocino y aparentemente la puso a freír. Le clavo mi tenedor y corto un pedazo con mi cuchillo, está rellena de lo clásico: Jamón y queso, parece que también le puso un poco de papa. Aquí hay por lo menos 100 kcal, trago saliva.

—¿Pasa algo?.—Me pregunta mientras está sirviendo más ensalada, pero ahora en su plato.

—No, se ve muy...—Grasosa—Rica, pero la verdad es que no tengo mucha hambre.

—No, no, no. Nada de que no tengo mucha hambre, el doctor dijo que comieras bien y si no hago que comas el francés va a venir y me va a ahorcar por no cuidar bien a mi encargo. O sea, tú.

—México…

—Ah, nada. México nada. Come, ándale, aunque sea poquito. Por favor. Es que mírate, estás bien flaco, has adelgazado demasiado desde la última vez que te ví.

Suspiro, he escuchado que es muy terco, no me va a dejar levantarme de aquí hasta que hasta que haya comido. La rebanada que había cortado la parto en cuatro pedazos, la miro con atención, cuando la tomo con mi tenedor, veo a México y con la mirada le pregunto si realmente debo hacerlo, él asiente determinado. Me meto el pedazo a la boca y se me viene a la mente el momento en el que estaba tratando de vomitar la chausson aux pommes y no pude hacerlo. Siento el aceite de la pechuga en mi boca, lo que me hace sentir asqueado. Una arcada sale sin que pueda evitarlo, alcanzo a reaccionar y me pongo una servilleta en la boca para escupir el bocado.

Me levanto y mi estómago se vuelve a contraer, saco otra arcada. Corro al baño de la habitación donde me dejó Francia, me pongo de rodillas frente al retrete y empiezo a vomitar, no he comido nada así que no saco nada más que agua con un tono amarillento. México llega detrás de mí, me incorporo y me ayuda a levantarme.

—Lo lamento.—Decimos ambos al mismo tiempo, él se ríe incómodo.

—Yo… no debí obligarte—Se rasca la nuca haciendo una mueca—Perdón. Creo que no te gustan las pechugas rellenas o quizá no te gusta cómo las cocino—Se vuelve a reír con incomodidad—No te voy a obligar a que te la comas, pero no has comido nada en varias horas—¿Qué?, ¿Cómo sabe él eso?—Se nota ahí—Me dice señalando el retrete como si hubiera leído mi mente y quisiera responder a mi pregunta—Así que por favor, cena aunque sea una fruta, ¿Sí?.

—De acuerdo.—Asiento, igual pensaba comer mañana o pasado mañana.

Volvemos a la cocina, Francia tiene muchas frutas en su refrigerador, decido agarrar unas pocas uvas para cenar, los frutos suaves son fáciles de digerir y de vomitar si llega a ser necesario. Mexico cena conmigo, pero él sí se come su pechuga, estamos en silencio absoluto, lo cual me sorprende porque también me han dicho que es alguien que habla mucho, quizá sólo son rumores.

Estoy feliz de no tener que comerme eso, aunque en parte me siento mal por lo que pasó, creo que lo hice sentir mal, tal vez está pensando que el sabor de su comida fue lo que me hizo vomitar. Lo miro por un segundo, se ve un poco triste, me gustaría poder aclarar que en realidad para cualquier persona sería la más deliciosa de las cenas, pero yo no puedo comerla, lástima que obvio no puedo decirle eso.

Continúo con mis uvas y luego me voy a dormir, claro, no sin antes colocarme mi venda. Cuando despierto al día siguiente bajo y me encuentro a Francia y a México en el comedor.

—Rusia...—Francia se levanta apresurado de su lugar y camina hacia mí—Perdón por mi ausencia de ayer, tus maletas están en mi habitación, no quise entrar a dejarlas en la tuya porque no te quería despertar, pero desayuna para que vayamos por los resultados, en lo que no estamos los empleados lo pueden acomodar todo.

—Gracias, prefiero hacerlo yo mismo.

—Bien… ¿Qué quieres desayunar?.

—Algo de fruta estaría bien.

—México me dijo que eso cenaste anoche, quizá necesites algo un poco más pesado.—Miro a México que baja la mirada y se mantiene en silencio.

—Lo que pasa es que no me siento muy bien del estómago, no creo que sea buena idea, ayer vomité cuando intenté comer.

—Como quieras, entonces.

Sólo asiento y abro su refrigerador, veo una sandía, la saco y me detengo con ella en mis manos un momento, es casi pura agua, pero tiene mucha azúcar, la guardo y saco más uvas, cuando termino de comer vamos a recoger el estudio. Íbamos a ir los tres, pero le dije a Francia que quería ir sólo, no me dejó, pero aceptó que fuera solo con México, es mejor así, Francia le haría mil preguntas al doctor.

Llegamos al lugar y nos entregan el sobre, pensé que tendríamos alguna consulta médica o algo similar, pero no, sólo nos dieron el sobre, regresamos al auto, estoy en el asiento del piloto y México a mi lado, abro el sobre y empiezo a leer el contenido, habla de desnutrición, falta de calcio, deshidratación, una ligera insuficiencia cardíaca y por supuesto, anemia. Siento que México se acerca lentamente a leer el papel, pero antes de que lo haga lo aparto de su vista.

—Oh, lo siento, olvidé decirte que ONU quiere que Francia y yo estemos informados para que luego podamos decirle cómo estás, así que voy a necesitar que me muestres eso.

—No.—Me tiembla un poco la voz.

—Rusia, ya sé que has de pensar que es por metiche, pero te juro que…

—Hazte cargo de tus propios asuntos, México, no te metas en los míos.—Lo interrumpo y le levanto la voz.

Se me queda viendo perplejo, con la boca un poco abierta y las cejas levantadas, ¿Se enojó? No quería decirlo con ese tono, es sólo que los nervios me ganaron, tuve que actuar demasiado rápido y no alcancé a medir el impacto de mis palabras.

—Wow—Rompe el silencio tras un par de segundos, se ríe, esta vez no es una risa incómoda, es una risa pequeña pero suena bastante honesta y genuina—Eres muy directo, eso es bueno, es una gran cualidad, me agrada. Yo jamás habría podido decirle eso a alguien así como así. Y después de todo tienes razón, al final yo sólo soy un invitado del francés, este no es mi asunto, ni siquiera es asunto de Francia, es entre tú y ONU porque dudo mucho que vaya a quedarse sin saber de tu estado de salud, pero eso lo arreglan ustedes dos, perdóname.

Después de decirme eso vuelve a la pose normal en la que debe estar y se abrocha el cinturón de seguridad, no sonó molesto, al contrario, es una persona muy comprensiva. Guardo los papeles en el sobre, definitivamente ONU no puede ver eso.

*

Horas más tarde salgo del hospital con un nuevo sobre con nuevos resultados, estos últimos dicen que estoy perfectamente bien de salud y que el desmayo fue por estrés. Mi problema no era nada que un par de billetes no pudieran solucionar, este es el sobre que voy a darle a ONU, no estoy dispuesto a meterme en problemas por los delirios de un doctor loco que no tiene idea de lo que está hablando, ¿Desnutrición? Por favor, claro que no, que ridículo.

Anorexia (Rusmex)Where stories live. Discover now