Estar en paz

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Narra Rusia

Estoy acostado en el pasto del jardín con Naveen y Dolly, ambos se ríen, desconozco porqué lo hacen, ya que no estoy prestando mucha atención a mi alrededor, más bien trato de concentrarme en mis pensamientos y en la pluma que deslizo delicadamente sobre una hoja de papel que Dolly me consiguió con otra de las internas, a quien yo no le hablo y me daba pena pedirle papel.

También estoy escribiendo una carta para México, le pediré a mi hermana que se la entregue, sé lo que están pensando "¿No se suponía que lo odiabas?" Pues sí, en un principio no entendí muy bien porqué fue y le dijo todo a mi hermana, sentía que lo único que quería era perjudicarme más y más en cualquier manera que se pudiera. Pero Paulina dice que sólo trató de ayudarme igual que lo hace Estonia, me ha estado explicando muchas cosas, parece que el mundo no es del todo como lo veo, en realidad mis ojos han estado distorsionando mucho muchas cosas. Y cuando digo mis ojos no me refiero tan literalmente a mis ojos (Quiero decir, sí están distorsionados y medio ciegos pero no hablo sólo de eso), también hablo de mi percepción en general del mundo.

Aún no me dejan hablar con Putin, usualmente no nos hablamos mucho más allá del trabajo, pero igual se puede decir que lo extraño, me siento muy poco productivo estando aquí encerrado. En especial últimamente, Dolly ha estado hablando con su padre en nuestro tiempo libre, su familia tiene una cadena de restaurantes y cuando salga de aquí va a empezar a ayudar con la parte ejecutiva, así que le han estado enseñando muchas cosas. Estoy feliz por ella, se ve contenta, pero también quisiera poder volver a mis actividades de antes, ser representante es un trabajo que pude ser muy estresante, pero eso no quiere decir que no me guste.

-¿Qué haces?.-Pregunta Dolly poniéndole fin a mi concentración.

-¿Yo?.-Pregunto, que estúpido, claro que yo, sonrío levemente por mi tonta pregunta, a veces México también hace eso mismo.

-No, le estoy hablando a Juan Gabriel, pues claro que tú.

-Escribo una carta.-Casi por costumbre se las muestro por una milésima de segundo antes de seguir en lo mío.

-¿México?-Interviene Naveen-¿Es para nuestro representante?-No sé cómo alcanzaron a leer eso-¿No lo detestabas?, ¿Ya le vas a declarar la guerra?.

-No todo en la vida de representantes son guerras y tratados.-Me río y evado las otras preguntas.

-Entonces sí es para él.-Afirma Dolly con suspicacia.

-Es posible-Me levanto-Pero creo que lo dejaré para después, voy a recostarme en el cuarto.

-Rusia-Me llama Naveen con una extraña severidad-Pórtate bien, no pierdas lo que llevas.

-No lo haré. Además los baños siguen cerrados, ¿Recuerdas?.

-Cuando uno está metido en estas cosas, te vuelves muy astuto.

-No haré nada. Lo prometo.-Me despido con la mano y me meto a la casa.

Siento de inmediato el cambio de clima, aquí adentro está mucho más fresco que afuera bajo los rayos del sol, lo cual agradezco bastante, subo a la habitación y me acuesto en mi cama, la enfermera ya no duerme aquí de noche, pero aún tengo algunas restricciones.

La cama también está fresca, me siento recargado en el respaldo y pongo mi almohada sobre mis piernas para poder recargarme en ella al escribir, el ambiente me hace sentir en paz y perfectamente dispuesto a escribirle. Después de tanto volvemos a estar tú y yo a solas México.

Narra México

"Querido México..." Son las primeras palabras escritas en el papel, se me sale una sonrisita mientras niego con la cabeza, Rusia siempre inicia sus cartas así, me pregunto qué hace cuando la gente a la que le escribe no le cae bien, ¿Inicia de otra manera? Tal vez no, tal vez lo hace igual. Es más, tal vez yo soy una de esas personas que no le caen bien pero me escribió eso por cortesía o por costumbre.

Anorexia (Rusmex)Where stories live. Discover now