Directo al hospital

1.8K 252 148
                                    

Narra México

El sonido de mi celular hace que despierte, me quejo y lo busco entre las sábanas sin abrir los ojos, cuando lo encuentro lo agarro y miro la pantalla, lo que me provoca un intenso ardor en los ojos, veo que son las cuatro de la mañana, recién me pude dormir hace como media hora porque cuando me acosté empecé a pensar en el asunto de Dominique (De nuevo) y me agarró la lloradera, así que se me espantó el sueño.

De mala gana me acomodo en la cama, es un número desconocido así que pienso en ignorarlo, pero luego se me ocurre quién puede ser y contesto.

—Enrique, no te voy a ir a sacar del MP otra vez, arréglalo tú sólo.—Le digo fastidiado volviendo a cerrar los ojos pero aún con el celular en la oreja.

—No, no, soy Estonia.—La suave voz de la chica hace que abra los ojos de golpe.

—¡Estonia!—Me incorporo en la cama rápidamente, hasta me mareo pero no importa, tal vez tiene noticias—¿Encontraste a Rusia?.

—Sí. Pero no me quiso hacer caso, se niega a aceptar que tiene algo malo.

—Dom me dijo que eso es de lo más común en este tipo de enfermedades, te va a costar trabajo,¿Qué piensas hacer?.

—Ya les hablé a los militares para que me ayuden.

—¿Qué? No, no—Hablo sorprendido, no sabía que ella fuera tan radical—Lo vas a asustar.

—¿Tienes una mejor idea?.—Me pregunta, pero no en tono de reclamo, parece que genuinamente quiere saber si tengo algo en mente que sirva.

—¡Pues sí!—Estoy realmente impactado, luego luego nos pusimos bravas—Vuelve ahí y habla con él.

—Ya lo hice—Responde con obviedad—Y está claro que no vamos a llegar a nada. Lo conozco, es demasiado necio.

En eso tiene razón, hablando no van a llegar a ninguna parte, pero igual es demasiado exagerado su plan de acción.

—Haz un último intento, si no quiere pues procedes como Dios te dé a entender, pero primero intenta por las buenas otra vez.—Propongo, la verdad tengo mucho sueño como para pensar en una mejor idea.

—Está bien, lo haré. Por cierto, tuve que decirle que tú me dijiste todo.

Eso me haría sentir decepcionado si mi cerebro lo estuviera más dormido que despierto.

—No importa, haz lo que tengas que hacer, sé que puedes.

Narra Estonia

Sonrío al escuchar a México decirme eso, la verdad es que yo estoy dudando mucho sobre si podré manejarlo, así que es bueno saber que al menos hay alguien que confía en mí.

—Gracias México, la verdad es que necesitaba escuchar algo como eso. Nunca pensé que estaría en esta situación con él, y se ve terrible, tengo mucho miedo de que algo le pase—Me quedo callada para escuchar su respuesta, pero no dice nada—¿México?.

Empiezo a escuchar ronquidos unos segundos después, niego con la cabeza cortando la llamada, al menos me dio algo de confianza en mí misma.

Vuelvo a entrar a la cabaña, ahora Rusia está acostado en su cama de cuando era niño, tiene entre las manos un carrito de madera con el que acostumbraba jugar, aún recuerdo esa época cuando papá lo regañaba por dejar sus juguetes tirados por todos lados, le costó mucho trabajo aprender a ser más ordenado.

—¿No se suponía que ya te ibas?.—Pregunta sin mirarme.

Suspiro para agarrar valor y me acerco a pasos decididos.

Anorexia (Rusmex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora