Charla motivacional

1.7K 285 89
                                    

Narra México

Estoy en mi casa doblando mi ropa, hoy no vino Enrique y estoy algo aburrido así que decidí ponerme a organizar un poquito.

—La verdad, cuando me dijeron que estaba nominado al Óscar me tomó completamente por sorpresa...—Contesto a la pregunta imaginaria que me hizo el reportero imaginario de la entrevista imaginaria que me hacen en mi mundo imaginario donde soy un actor que empieza a ser reconocido—No me lo esperaba para nada, pero este premio no es mío, es de todos los que me han apoyado en mi carrera, quiero aprovechar para agradecer a todos mis fans y...

—¡Lleve sus ricos tamales oaxaqueños!.—Mi celular sonando me interrumpe, lo saco de mi bolsa y veo que es Estonia así que respondo.

—¿México?.—Pregunta.

—México.—Confirmo.

—Hola, ¿Estás ocupado?.

—Pues...—Miro la ropa, ya es poquita—No, no estoy ocupado, ¿Por qué?, ¿Necesitas algo?.

—Sí, ¿Puedo ir a tu casa? Tengo algo para tí.

—¿Se come?.—Pregunto sin pensar y me regaño mentalmente cuando me doy cuenta de mi estúpida pregunta, pero ella se ríe, lo cual me sorprende, pero también me alegra y me relaja.

—No exactamente, pero puedo pasar por algo para cenar, estaría llegando a tu casa como en una hora y media, ¿Qué dices?.

—Bien, acá te veo, te voy a colgar para apurarme porque estoy en fachas.—Miro hacia abajo encontrándome con mis pantuflas de perrito.

—De acuerdo, te veré más tarde.

Termino de doblar y después me baño y me pongo ropa decente, la verdad me da algo de flojera, no tenía intenciones de cambiarme hoy, pero tal vez tenga noticias de Rusia o necesita que le ayude con algo.

Cuando termino pierdo el tiempo unos diez minutos en el celular hasta que tocan el timbre, esa debe ser ella. Me levanto y bajo, le están abriendo la puerta del garaje para que estacione su carro, y cuando termina entra a la sala, donde yo estoy, trae su bolsa de mano y detrás de ella viene Liliana con otra bolsa en donde asumo que viene la cena, ella se sigue hasta el comedor para dejar ahí lo que trae mientras Estonia se queda conmigo.

Abro la boca para saludarla, pero ella me abraza con alegría, lo cual me sorprende demasiado y ya no digo nada.

—Perdón si te incomodé—Se separa apenada casi de inmediato—Fue impulsivo, es que...—Suelta una risita suave pero muy alegre—Hoy lo ví otra vez y está bastante bien.

—¡A huevo!—Levanto los brazos—Es decir, qué alegría—Corrijo apenado, a veces olvido cuidar mi vocabulario.

—No te preocupes.

—Pero cuéntame bien, ¿Qué te dijo?, ¿Cómo se ve?.

—Traje hamburguesas y el pan se va a aguadar así que, ¿Por qué no cenamos y te cuento mientras?.

—Vamos.—Asiento.

Caminamos a la cocina y me empieza a contar todo, dice que se ve menos delgado y que sus ojos ya no se ven vacíos y cansados, me tranquiliza demasiado escuchar eso, temía que no avanzara, pero es bueno saber que sí lo está haciendo, sé que es un chico fuerte y saldrá de esto pronto.

—También te envió esto.—Me extiende una hoja de papel doblada. Ah, caray.

—¿Para mí?.—Pregunto confundido, sólo para confirmar.

—Eso dijo él.

¿Cómo?, ¿No me odia?.

—Gracias.—Respondo dudoso agrando la hoja.

Anorexia (Rusmex)Where stories live. Discover now