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(editado)

Jeno seguía sin creer que realmente Jaemin le había tomado la palabra con respecto a su color de cabello

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Jeno seguía sin creer que realmente Jaemin le había tomado la palabra con respecto a su color de cabello.

Él se lo había dicho sin importancia, sólo para seguir diciéndole que odiaba todo de él pero el otro se lo había tomado muy literal, porque ya no estaba rubio, ahora estaba morocho y no sabía si le gustaba o también lo odiaba.

—¿Te desagrada menos? —preguntó Jaemin sonriendo mientras sacudía su cabeza suavemente, haciendo que las hebras azabaches bailaran frente a los ojos del castaño.

Estaban solos en el salón.
Jaemin estaba con sus amigos cuando vio entrar a Jeno al establecimiento, sin mirar a nadie y con los audífonos puestos se dirigió derecho al salón y él no dudó en levantarse y salir detrás suyo, emocionado.

— Está igual de horrible —espetó sin expresión. Bajó la vista a su móvil y no volvió a decir nada.

— ¿En serio? Creí que te gustaría —dijo frustrado —, entonces dime qué color te gusta.

— Me gusta el negro, pero a tí te queda horrendo.

Jaemin frunció los labios con descontento. Jeno ni siquiera lo miraba, lo estaba ignorando totalmente por estar escribiéndose con alguien.
Sin previo aviso, le manoteó el aparato y se alejó rápidamente.

— ¡Dame eso! —le gritó el otro saliendo detrás suyo.

Jaemin se quedó quieto cuando leyó la conversación.

— ¿Mark? —susurró al aire. Su dedo se pasó rápidamente por toda la pantalla, leyendo los demás mensajes pero en un segundo el aparato desapareció de sus manos temblorosas.

— No vuelvas a hacer eso —espetó seriamente el castaño.

— ¿T-te gusta Mark? —preguntó.

— No te importa. Déjame en paz.

— Dime —insistió acercándose.

Jeno se volvió a sentar y prestó atención a la pantalla para volver a escribir.

— Jeno, dime —repitió el pelinegro frente a su pupitre, pero no obtuvo respuesta. Apretó los dientes ya no soportando aquello y de un segundo a otro dio un fuerte golpe a la mesa —, ¡que me digas! —gritó furioso.

— ¡¿Qué demonios?! —preguntó viéndolo rápidamente. Se sorprendió un poco cuando vio al contrario llorar enfrente suyo, pero cuando vio sus manos rojas entendió que era por el dolor del golpe —. ¿Qué te sucede? Mira cómo te dejaste las manos, idiota.

— No importa —dijo desinteresado, viendo sus palmas rojas que palpitaban con dolor. No era aquello lo que le causaba real molestia —. Mark también es cómo yo; es adorable y lindo, t-también es querido, ¿por qué te gusta? ¿P-por qué te gusta él y no yo? ¿Es por qué es alto y delgado? —preguntó entre sollozos.

falsa inocencia ♡ nomin ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora