falsa inocencia ♡ nomin ✔

O23

(editado)

La expresión de Jeno era digna de
fotografiar y retratar.

— ¿Qué? —murmuró apenas, incluso sus brazos perdieron la firmeza del agarre y Jaemin comenzó a creer que quizá había sido demasiado.

— Ya me oíste —dijo firme, aunque en el interior comenzaba a retractarse.

— Jaemin, eso ya es...

— ¿Demasiado?

— Sí —dijo asintiendo.

— Sería el regalo perfecto, además seré cuidadoso —aseguró con un pequeño sonrojo, sin soltar su cuello —, por favor, Dotori. De verdad lo quiero.

Jeno inhaló casi dolorosamente, no podía creer lo que le estaba pidiendo. No tenía que pensar la respuesta porque en su interior el rotundo "no" ya estaba palpitando, pero la mirada suplicante de Jaemin lo estaba haciendo dudar.

— Para tu cumpleaños te regalaré lo que quieras —dijo en un último intento por convencerlo.

— ¿Cualquier cosa?

— Sí, lo que quieras —afirmó con una pequeña sonrisa.

El castaño suspiró rendido sin decir nada, pero fue él quien agarró de la nuca al pelinegro para besarlo.

— Hazlo —concedió sobre sus labios.

Ahora fue Jaemin quien lo besó, con lentitud y suavidad, pero eventualmente fueron profundizando el beso porque realmente lo suave no iba con ellos, ni siquiera Jeno en esos momentos le importaba ser suave, aunque estaba a punto de tomar el lugar que siempre había sido del morocho.

Jaemin se separó un poco y le quitó la parte de arriba, comenzando a pasar sus manos por todo el torso del contrario, sintiendo el estremecimiento bajo sus dedos. Lo empujó un poco para dejarlo acostado, aprovechando de moverse para quedar entre sus piernas y no encima suyo. Continuó besándolo mientras deslizaba una de sus manos por el costado ajeno hasta llegar al pantalón, comenzando a desabrochar el cinturón con parsimonia.

Jeno había estado nervioso los primeros segundos, pero eventualmente fue calmándose.

¿A quién quería engañar? Confiaba en Jaemin ciegamente. Quizá era su primera vez de esa forma, pero si era el pelinegro quien lo haría entonces podía estar tranquilo y dejarse llevar, así que eso hizo.

Mordió el labio inferior del chico mientras paseaba sus manos por su espalda hasta llegar a sus glúteos, los cuales apretó y lo obligó a bajar más su cadera, sin poder reprimir un pequeño siseo al sentir la dureza de Jaemin contra la suya.

El otro le desabrochó el pantalón y no demoró en meter la mano para acariciarlo con ímpetu mientras respiraba agitadamente sobre los labios de Jeno, recibiendo de lleno sus jadeos, tomando entre sus dientes el labio inferior de éste sin poder resistirse al tenerlo así; jadeando y moviendo sus caderas suavemente contra las suyas.
Luego de un momento así, se separó y quedó arrodillado entre sus piernas con la intención de desabrochar ahora su pantalón, pero el castaño se sentó y apartó sus manos para hacerlo él mismo. Jaemin no demoró en sujetar su rostro y besarlo de forma dura y profunda, mientras las manos ajenas se deshacían de los botones de su prenda, hasta que de forma repentina sintió el agarre directo en su miembro y una sonrisa en los labios de Jeno mientras lo besaba entre jadeos.