O12

3.7K 381 186
                                    

(editado)

—Dottori, ¿te gusto de azul? —preguntó

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Dottori, ¿te gusto de azul? —preguntó.

Jeno lo miró un momento mientras acomodaba su uniforme en la taquilla de los vestidores.

Tenían deporte y debían ponerse la ropa correspondiente; un conjunto azul marino.

Sus compañeros estaban también en el lugar, terminando de prepararse para la hora de deportes.

Miró a Jaemin, mientras éste movía sus brazos sin parar a los costados de su cuerpo, sonriendo con ese sonrojo que casi permanecía prácticamente todo el día en su rostro.

— Te ves tierno —dijo neutro —, y que asco.

— Tú sí que estás mal, Lee —dijo repentinamente uno de los alumnos. Se acercó a Jaemin y lo abrazó por los hombros, acariciando una de sus mejillas —, es precioso con cualquier cosa, no deberías molestarlo.

— Él me preguntó. Yo respondí. Nadie pidió tu opinión —dijo frío.

Le dio un manotazo a la puerta y la cerró de un golpe seco. Se acercó hasta Jaemin y agarró su mano bruscamente.

— Camina —masculló, y el pelinegro no se negó. Apretó su mano de vuelta y salió casi dando saltitos mientras sentía la cálida mano de Jeno sujetar la suya —. Prendería fuego este lugar con todos dentro —habló mientras pasaban por el pasillo, rumbo al patio.

— A mi me salvarías, ¿no? —preguntó sonriente, pero entonces el castaño se detuvo y lo miró.

— Sólo si serías de utilidad.

— Bueno... te doy buen sexo —dijo como si nada, pensativo —, también cocino. Prácticamente puedo darte mi corazón en una bandeja, ¿lo quieres?

— No —dijo enseguida, comenzando a caminar de nuevo.

— ¿Por qué no, Dottori? Es tuyo.

— Cállate un poco, Jaemin —dijo.

— Lo haré si me das un beso —terminó diciendo socarrón. Tiró de su brazo y logró zafarse del contrario que lo miró con una ceja alzada —, no me mires así, me lo merezco. Me he portado bien. Estos días no he llorado, no he sido pesado e incluso te hice desayuno varias veces.

— Y yo te follé unas nueve veces en tres días, así que demasiados premios has tenido —objetó. Intentó sujetar nuevamente la mano del pelinegro, pero éste la apartó al instante sin quitarle la vista de encima.

— No importa. Quiero mi beso —insistió, y Jeno reconoció ese tono; siempre usaba ese tono y expresión infantil cuando estaba a punto de armar un espectáculo de lloriqueos.

Diría que es infantil y estúpido, pero en realidad era la forma de manipulación que tenía el pelinegro, así que de estúpido e infantil no tenía nada, porque el brillo malicioso en sus ojos o la sonrisa torcida no eran detalles inocentes. En realidad, era muy maquiavélico.

falsa inocencia ♡ nomin ✔Where stories live. Discover now