❝𝐅𝐀𝐋𝐒𝐀 𝐈𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀❞ ⎜ ❝Todos te ven como el adorable e inocente solecito, pero nadie sabe que te gusta gemir mi nombre mientras me montas y ruegas por mis marcas.❞
Jaemin es tierno y risueño con todos en el instituto, lo adoran y creen q...
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Ya se podía sentir en el lugar correcto, como si estar ahí fuera su espacio seguro, su lugar destinado.
La biblioteca siempre había sido su lugar favorito, y no porque fuera un "come libros", aunque eso tampoco era malo; sino que siempre había estado encantado con la paz y el silencio en ese lugar. Sólo estaba él porque la hora del almuerzo era algo sagrado que nadie se perdía, excepto él que prefería estar solo en el enorme lugar rodeado de libros y soledad, en vez de estar en el comedor entremedio de todo el griterío y el caos.
Eso también era algo que soportaba por Jaemin, sólo para comer juntos porqué obviamente cuando estaban uno al lado del otro, para él, soportar el bullicio no era nada mientras se concentraba en escuchar hablar al pelinegro a su lado, verlo reír de cualquier cosa o incluso permitir que le diera de comer cómo si fuera un bebé, cosa que realmente odiaba.
Soltó el bolígrafo causando que cayera sobre la hoja y sin dudar se refregó el puente de la nariz, molesto consigo mismo por estar pensando en él. No debería. Habían pasado tres días desde lo acontecido, y se supone que tendría que estar preguntándose quien era Na Jaemin, en lugar de estar recordando los momentos con él.
— Estúpido —musitó con molestia hacia sí mismo. Odiaba eso. No quería pensarlo siquiera.
En los últimos tres días no había dejado de sentir la presencia del morocho a su alrededor. Durante las clases sentía su mirada encima suyo, como si intentara llamarlo con sólo verlo, en los recesos salía del salón pero no se iba lejos porque en realidad se colgaba de la puerta para verlo a través de la pequeña ventana. Comenzaba a irritarlo de una terrible manera.
Le había dejado en claro que no lo tuviera en cuenta para nada, que hiciera como si Lee Jeno no existiera, pero era obvio que Jaemin no iba a hacerle caso. Después de todo, al inicio también era así; lo buscaba y trataba de todas las maneras estar cerca suyo, pero con la diferencia de que su curiosidad por el pelinegro ya estaba muerta, y nada de lo que hiciera le serviría para atraerlo.
Ya había conocido a Jaemin... vaya que sí.
— ¿Jeno?
Alzó la vista un poco ausente, sólo por inercia, y se encontró con la sonrisa amistosa de Mark.
— ¿Mmh? —musitó volviendo a la realidad.
— Es raro verte aquí, hace mucho no venías —comentó sin esconder su sorpresa.
Claro, también había dejado de venir porque estudiaba con Jaemin a la salida de clases. Le dedicaban una hora a terminar trabajos o a repasar para un examen, y el resto de horas se la pasaban cogiendo o sino quedándose acostados mientras hablaban de cualquier cosa. Suspiró por lo bajo, casi resignado... extrañaba a ese idiota mentiroso, pero estaba en la negación, no iba a caer de nuevo.
